El grupo ecuatoriano Malayerba llegó a nuestra ciudad invitado por la Escuela de Espectadores del Centro Cultural Paco Urondo. La fecha —bajo el título de Teatro y Memoria— contó con la charla magistral de Jorge Dubatti y la presentación de la obra Instrucciones para abrazar el aire; escrita y actuada por el argentino Arístides Vargas, junto a la española Charo Francés.
Malayerba
El principio —o lo que podría ser un reinicio—.
Arístides Vargas y María del Rosario «Charo» Francés se conocieron en Ecuador en 1976. Los dos eran extranjeros en un país al que llegaron por relatos de otros.
A Arístides —nacido en Córdoba y criado en Mendoza— lo había arrastrado el exilio de la bestial dictadura militar argentina. A Charo —nacida en Pamplona— la convenció un amor ecuatoriano de que su lugar en el mundo se encontraba en este país sudamericano. Allí se cruzaron, solos, huérfanos y deseosos de hacer teatro. De ese encuentro brotó Malayerba, reconocido grupo del cual son fundadores e integrantes desde 1979.
Ambos llegaron a nuestra ciudad para participar de la séptima temporada de la Escuela de Espectadores de Santa Fe del Centro Cultural Provincial Paco Urondo. La temática abordada en el cuarto encuentro, junto con el maestro Jorge Dubatti, fue teatro y memoria.
Las Claras Anahí
Instrucciones para abrazar el aire fue presentada el sábado 25 de junio, en la sala mayor del CCPU. La obra, con dramaturgia de Vargas, propone un exhaustivo y necesario recorrido por la identidad personal, las historias colectivas, los prejuicios epocales, las niñas y niños apropiados, la inmensa y compleja trama detrás de «extrañar en medio de una búsqueda que no cesa», en tres tiempos narrativos y seis personajes (encarnados por Arístides y Charo). Con diálogos accesibles y escenas magistrales, los seis personajes convidan a habitar los diversos momentos, sensaciones y pasadizos que —luego del transcurrir temporal— decantan en instrucciones para abrazar aquellos que son parte del todo.
Cuenta su autor que la obra surge de una caminata por la ciudad de La Plata y el descubrimiento de esa casa baleada que supo ser una imprenta clandestina donde fueron asesinados militantes, y que también fue el último lugar en el que se supo de Clara Anahí, nieta de Chicha Mariani. Nace a modo de gran puente de incidentes de una obra que quería y debía nacer. Así lo recuerda Arístides: «Cuando le conté la idea a un amigo, me dijo que conocía a Chicha Mariani (Abuela de Plaza de Mayo, Línea Fundadora). En poco tiempo estábamos ambos escribiendo el texto. Cuando ella murió, en 2018, quisimos dejar de hacerla porque está inspirada en ella, en su nieta, en su hijo; pero nos pidieron que continuáramos porque es la historia de muchas personas.»
Abuelas de Plaza de Mayo ha logrado la restitución de la identidad de 130 nietos y nietas de más de 400 bebés apropiados por los militares.
Con «Chicha» y sin limonada
«La vida me aclaró los libros», afirma Marguerite Yourcenar en Memorias de Adriano.
Hay cierta complejidad narrativa cuando se cuenta la historia de atrás para adelante y busco anclar. Web, efemérides: 25 de junio del 78, Argentina ganaba el mundial, son cuarenta y cuatro años… No sirve. Voy y vuelvo. Estoy sin internet, solo me quedan algunas horas para entregar el artículo y decido lanzarme al vacío: empezar de cero y con el método antiguo de hoja y mano alzada. En los trazos hay identidad.
Armo un torbellino de ideas: comenzar por el final siempre es un desafío / ¿Por qué instrucciones? / ¿Y si no hay abrazo? / ¿Qué hay en el aire? / ¿Cuánto tiempo aguantamos sin respirar? / ¿Y la niña? / ¿Y si vivir trajera instrucciones? / Cocina, milanesa, mezcla, rebozador, casita, velas, tiros, memoria.
Un rompecabezas anárquico de mi cabeza se despliega en la hoja: ¿Puede ser que, a veces, la identidad colectiva se parezca a esto? ¿Hay instrucciones para no perder la memoria?
Quiero abrazar a Chicha, a María Rosa (mi abuela) y a mi vieja —la Mila—. Creo que todos y todas quisimos abrazarlas esa tarde de sábado en el teatro, porque confirmamos que ellas nos muestran con cada abrazo cuáles son las instrucciones para no olvidar a Clara, a Juan de León cuando aún era el último aparecido, a Ignacio que fue Guido por muchas décadas; y, en este punto, no olvidarnos de nosotros mismos.
Continúo escribiendo palabras sueltas: Dolor profundo / Infancia / Búsqueda / Ausencia / Identidad / Historia colectiva / Memoria Viva.
El gesto de abrazar lleva consigo instrucciones vitales para amar la vida y recordar.
Texto: Victoria Bordas
Fotos: Matías Pintos
Nombre de sección: Artes escénicas
Edición: N° 89