Presisso surgió de un sueño hace un cuarto de siglo. Había en el proyecto tal fuerza dinamizadora y tal voluntad de trabajo y mirada visionaria que, transcurrido este tiempo, se ha convertido en la empresa de diseño y construcción de amoblamientos para cocinas, baños y dormitorios con mayor proyección a escala local y regional. Dos generaciones fortalecen y consolidan la marca. Dos generaciones marcadas por la búsqueda de la excelencia al servicio del bienestar y funcionalidad de las familias. Una familia de empresarios que construye día a día una empresa de familia.
Cuando Ricardo Perelló imaginó Presisso, lo hizo a lo grande. Tan convincente fue su visión y su capacidad de proyección que al sumarse al desafío Graciela, su compañera de vida, juntos le insuflaron la energía vital que hoy conocemos. En Calchaquí, ese territorio del norte santafesino donde se perfilan los montes de la madera más dura del mundo, y siguiendo el impulso heredado de los inmigrantes europeos que hicieron echar raíces al apellido y la vocación artesanal, se fundó la empresa. Atrás quedaban una planta elaboradora de mosaicos, una marmolería y una fábrica de muebles de algarrobo, primeras experiencias que prepararían el camino a una de las empresas con mayor desarrollo y consolidación de la región.
Presisso creció desafiando los vaivenes económicos y las crisis periódicas del país. Eso habla de la capacidad de gestión y adaptación a la variabilidad de los momentos y, sobre todo, a la decisión de sostener el diseño, la calidad de los materiales y la exquisitez de detalles de terminación como premisa e identidad de la marca. Es algo que Ricardo decidió jamás resignar, y en ello puso su determinación y seguridad, su capacidad de trabajo incansable y el don de socializador nato que lo llevó a estrechar lazos de amistad y comerciales en diferentes ámbitos. El impulso y sostén ejecutivo de Graciela, detallista, minuciosa, de una inteligencia y memoria prodigiosa —la misma que le permitió obtener una Licenciatura en Química— fue fundamental. Ella ha llevado la organización administrativa a los niveles de exigencia propios de una empresa de la magnitud de Presisso. Ese equipo, completado con una planta de especialistas en el diseño y la fabricación de muebles, halló en Italia —vanguardia de estilos— la fuente de inspiración y el cien por ciento de la tecnología en software de diseño y de producción. El resultado se encuentra en el creciente número de hogares que siguen eligiendo la empresa para que el equipamiento de sus cocinas, dormitorios y baños se transformen en objetos de admiración y uso.
Ricardo y Graciela desde los inicios sostuvieron como pilares fundacionales de esta empresa una filosofía de vida signada por valores éticos relacionados a la potencialidad del trabajo diario, sin retroceder ni buscar atajos «fáciles» para allanar el camino. Ellos prefieren generar un legado que hable a las claras «de esfuerzo y dedicación, de gestión y capacidad operativa, pero por sobre todas las cosas de respeto y reconocimiento a quienes trabajan con enorme dignidad construyendo la identidad de la empresa».
Conforme la empresa se consolidaba, primero Macarena —nacida al mismo tiempo que Presisso— y, poco después, Laureano, crecieron a la par y se nutrieron del afán de trabajo de sus padres. Hoy son parte esencial del equipo familiar y empresarial. Sus participaciones, especialmente la de la joven de 25 años, que estudió Licenciatura en Comercialización en Rosario, han dado lugar a una renovación visual y estética de la firma, al afianzamiento del producto en las redes sociales, imprescindibles en los mercados actuales, a la capacitación constante del personal, a la unificación de criterios en las diez sucursales que se emplazan en distintos puntos del país, a la lectura de las nuevas exigencias de consumo. Laureano, por su parte, de un perfil menos expuesto, participa activamente de la logística de la empresa y de la atención de otras actividades familiares vinculadas a la cría de ganado con trazabilidad testeada donde la sustentabilidad es una premisa que antecede a cualquier decisión.
La diversificación necesaria en los tiempos que corren ha encontrado en Presisso el eco oportuno. A la experiencia y trayectoria consolidada por la calidad sostenida de un producto pensado en clave italiana y producción nacional, alma de las casas donde se emplazan casi como objetos de deseo, se le suma ahora el espíritu joven de una nueva generación con la potencialidad para leer las expectativas y necesidades de nuevos mercados, capaces de ampliar la empresa hacia escalas de mayor envergadura. Como puntapié e hito, ya abre sus puertas el flamante local en Amarras, la vidriera santafesina al mundo de los negocios, donde no sólo pueden encontrarse los amoblamientos sino una serie vanguardista de mesadas en novísimos materiales que ya constituyen el complemento necesario para ampliar las líneas de productos.
Cuatros voces suman tonos y tramas al desafío de sostener y crecer. Presisso es ejemplo de ello, y no deja lugar a la duda, tal como ocurrió hace 25 años cuando el sueño empezó a construirse.
Ricardo Perelló:
«Uno de los mayores logros es haber instalado una marca en el mercado, que el producto sea reconocido por su calidad y sostener y hacer crecer la empresa a pesar de las vicisitudes que atraviesa el país. Lograr, en este tiempo, la incorporación exitosa de una nueva generación y continuar desarrollándonos es de una gran trascendencia. Ya estamos posicionados en la región, ahora nos proponemos conquistar un alcance nacional.
En 1995 viajé solo, por primera vez, a la Feria de Verona. Fue el inicio de esta empresa porque al regresar surgió el desafío de reconvertir todo lo que venía produciendo hasta ese momento. En 2019, 24 años después, volví a esa feria con mi hijo y fue emocionante, y se me eriza la piel al pensarlo, comprobar la consolidación que habíamos logrado como empresa y como familia.»
Graciela Visintini:
«La empresa es nuestra vida. Hace casi 40 años que con Ricardo estamos juntos. Soy licenciada en Química y Bioquímica. Constituir la empresa fue una decisión de vida. Todo el conocimiento que he adquirido lo pongo al servicio organizativo de Presisso.
Recuerdo el regreso de aquel primer viaje de Ricardo a Italia para conocer el diseño y la producción del mueble europeo, me acuerdo hasta de la camisa que tenía puesta. Él había visto allá exactamente lo que quería desarrollar acá y no olvido la aprensión a ese gran desafío, lo hicimos. No encuentro otra forma de vivir que estar apasionada e interesada en lo que hago, en lo que hacemos.»
Macarena Perelló:
«Presisso representa a mi familia, nuestros valores, principios, filosofía. Lo que somos como personas está plasmado en la visión que tiene la empresa. No es sólo un trabajo al que voy, hago y me voy, sino que es el espacio donde permanentemente busco crecer, aprender y superarme. Es mi futuro como persona y como profesional.
Una experiencia inolvidable fue el viaje a la Feria del Diseño de Milán, sede de las marcas líderes del mundo en amoblamientos. Ahí entendí la esencia del rubro en el que estamos: la capacidad de transformar simples materiales en piezas únicas, crear belleza de la nada y solucionar un problema a alguien, tal como la vida misma.»
Laureano Perelló:
«La empresa significa una parte muy importante en mi vida. Desde que nací forma parte de nuestra familia y pude ver sus cambios y crecimiento. Hoy es uno de los motivos por los cuales buscamos seguir creciendo e innovando y, justamente, sigue siendo el motor de muchas de las iniciativas como familia y como persona, mirando el futuro y disfrutando del presente.
Uno de los recuerdos que tengo muy grabado es de cuando era pequeño y ya andaba por la planta y Ricardo, mi padre, me contaba los proyectos que tenía pensados. Hoy, con muchas de esas ideas ya presentes, se genera una gran motivación para seguir creciendo y mejorando.»
Texto: Fernando Marchi Schmidt
Fotos: Emiliano Rico
Dirección Artística: Marcia Orihuela
Estilismo: Mariana Gerosa
Nombre de sección: Perfiles
Edición: N°84