Desde 1992, el Premio Máscara reconoce el trabajo de los que construyen las artes escénicas santafesinas. Cientos de personas colmaron el Teatro Municipal el 1° de diciembre para celebrar la historia de la distinción, que ya recibieron 390 santafesinos.

 

En su 25° aniversario, el Premio Máscara engalanó el Teatro Municipal 1° de Mayo, para celebrar la entrega de distinciones a lxs que construyen las artes escénicas santafesinas. La fiesta comenzó con la llegada de los premiados junto a familiares y amigos, mientras Alejandro Zurbriggen interpretaba la gaita en la explanada, invitando a entrar al coliseo. Después de la tradicional foto en la escalera del hall, Cintia Amorela Bertolino y Franco Bongioanni interpretaron “Actuar para vivir”, de Fito Páez, mientras se abrían las puertas de la Sala Mayor para el ingreso del público.

Eugenio Fernández y Karina Pérez Colombo fueron los conductores de la ceremonia, guiando con oficio los momentos protocolares pero, también, para provocar las risas del público, y recibir en el escenario a cada premiado con cálidas palabras.

La actuación y la danza, la dramaturgia, la dirección, la docencia, la música, el trabajo de los técnicos, la gestión cultural, las artes circenses y el periodismo, recibieron su reconocimiento de parte del Jurado que integraron ad honorem Cristina Copes, Susana Formichelli y Roberto Schneider, creador de la distinción.

Las presentaciones artísticas durante la ceremonia invitaron al recuerdo y la emoción, primero con Silvana Montemurri, en la interpretación de la letra de la canción “Rosita Alvírez” y, más tarde, con Daniela Romano, quien personificó a Rosita Quiroga y Libertad Lamarque, junto a Mauricio Pitich en guitarra. Una memorable interpretación de Ruben Von der Thüsen cerraría la noche, con un monólogo que repasó fragmentos de obras de teatro santafesinas, mientras sacaba pequeños objetos escénicos de una valija: “Ahora comprendo, recién ahora, que en nuestra profesión al igual que si actuamos, escribimos, dirigimos, tocamos, bailamos o cantamos, lo importante no es el brillo ni la fama ni aquello con lo que soñábamos, lo importante es saber resistir. Resistir y saber llevar en alto lo que elegimos ser. Y creer, yo creo y ya no siento tanto dolor; cuando pienso en mi profesión, nuestra profesión, ya no le temo a la vida”, dijo en el final de su intervención.

 

In memoriam

Los homenajes de la noche fueron para la profesora de piano y concertista, Edith Valeri de Montrul, y el productor Yayo Milanesi, que fallecieron en 2017. Graciela Grillo trazó una semblanza de su querida amiga y compañera en tantas iniciativas de Mozarteum Santa Fe, destacando su predilección por la música, y su dedicación a descubrir e impulsar jóvenes talentos. Turco Cherep y “Cartucho” Martínez recordaron a Yayo, “el que laburó con Spinetta o con Fito pero siempre estuvo más cómodo en las tribunas del Cementerio de los Elefantes o las mesas de madera del viejo Cabildo. El que en las épocas difíciles, siempre sin chistar y sin jactancias, armó festivales cuando había que animarse y produjo espectáculos incómodos para la dictadura en retirada”, dijo Cherep.

 

Abrazar al Flaco

Durante la ceremonia, Roberto Schneider y Carlos Méndez donaron un dibujo del artista plástico, docente y actor, Juan Carlos Rodríguez F., que pasó a formar parte del patrimonio del Museo Municipal de Artes Visuales Sor Josefa Díaz y Clucellas. “Recibir esta obra es abrazar al Flaco otra vez”, dijo la presidenta de la Asociación Amigos del MMAV.

 

El Máscara, un foro

Cada uno de los premiados dedicó palabras al recuerdo de sus maestros, y agradecimiento al acompañamiento de familiares y colegas. “Recibo este premio no solo para mí sino para los compañeros con los que construimos cultura popular”, dijo Naná Municoy Tejedor cuando recibió su premio. A su turno, Mili López, agradeció al Jurado por “abrir el juego y pensar al periodismo cultural como un engranaje importante en los procesos culturales y artísticos”. Natalia Pandolfo reflexionó sobre los tiempos que corren para el periodismo cultural: “No es fácil colar en la balanza un contenido, allí donde el rédito económico es el único capital que pesa. No es fácil defender el valor de la palabra en tiempos donde hay que sostener las ruinas con el cuerpo”, dijo antes de dedicar su premio “a mis compañeros periodistas y a mi familia”.

En el cierre de la ceremonia, Roberto Schneider expresó que “no hay otra palabra para decir hoy que “gracias”, después de más de 40 años de ejercer mi profesión como periodista y como crítico, que es lo que me llena de orgullo y esta pasión desenfrenada”. Y retomando los dichos de Pandolfo, agregó: “lo escuchamos a Rubén Von der Thüsen hablando de resistir. No nos van a sacar jamás la posibilidad de seguir soñando”.

En la foto final sobre el escenario, se reunieron premiados de las distintas ediciones del Máscara, los de ayer y los de hoy, postal memorable de un Premio que vuelve cada año una mirada inteligente y sensible sobre las artes escénicas de la ciudad.

 

 

Texto: Laura Loreficcio

Fotos: Gobierno de la Ciudad de Santa Fe