- ¿Una oportunidad para ser mejores?
El miedo al contagio ha incrementado desmedidamente el uso del plástico aquí y en el mundo. Usar y tirar se ha vuelto una constante cada vez más presente en nuestras vidas y en todos los protocolos puestos en marcha para reactivar los distintos sectores socioproductivos. Con la excusa que es posible reciclarlo, se lava la culpa del enorme impacto que genera la producción, el uso y el rápido descarte plástico, un derivado del petróleo que pareciera ha estado siempre con nosotros.
Esta podría ser la oportunidad para hacer bien las cosas. Para pensar alternativas de transformación que nos permitan avanzar hacia un mundo más sostenible. Si eso nos anima, la direccionalidad no es el reciclaje (perdón por decirlo), ni la puesta en marcha de la tan mentada y gatopardista economía circular (perdón de nuevo, pero el confinamiento nos ha hecho menos prudentes). El verdadero cambio será generar la menor cantidad de residuos posibles. Reducir. El secreto mejor guardado del sistema, que nos sigue timando y nos anima a juntar tapitas y botellas para la causa buena.
Ojalá esta terrible crisis, inédita y enorme, nos permita cambiar, en serio. Si queremos hacer mejor las cosas, claro.
- Todo va a estar bien (ponele)
58,6 %. Un número. Un porcentaje. Un guarismo que ha sido un titular menor de los medios de comunicación hace poco más una quincena. Hay tantos números en nuestra vida últimamente que seguramente nos ha pasado desapercibido. Pasa que tenemos muchos para asimilar. Lxs contagiados del mundo, lxs nuestrxs, lxs de ellos. Lxs que se fueron. Lxs que se recuperaron. La edad promedio. Lxs que donan plasma. Lxs que deberían. Los días de confinamiento. Los que quedan. La distancia óptima. Los comercios que bajaron sus puertas. Las provincias que pasaron de fase. El aumento de las ventas on-line. Los despidos. La caída de la recaudación. Las cuotas del aguinaldo. Lxs beneficiarixs del IFE. Lxs endeudadxs de la pandemia. El aumento de la telefonía celular. La caída del consumo. El valor del dólar. El incremento de la deuda. Los minutos que duran las conferencias. Los días de gobierno. El aumento en el consumo de harina. Los días sin clases. Y podríamos seguir. Infinitamente.
Pero ese número, 58,6 %, es el que nos debería desvelar. Angustiar. Rebelar. Esos serán, hacia fines de 2020, las niñas y los niños sumidos en la pobreza. Lxs que tendrán cercenado sus derechos, a pesar de las convenciones. Lxs que no podrán estar en casa. No podrán lavarse las manos. No se alimentarán adecuadamente. No tendrán acceso a una educación de calidad.6 de cada 10. Más de la mitad. Evidentemente todo no va a estar bien.
- El acto soberano
«¿Cómo hacer pan casero?» «Mejores recetas argentinas», «Rellenos de tarta» y otros miles de parámetros de búsqueda en internet nos demuestran que la cuarentena ha permitido recuperar la posibilidad de cocinar en casa. Agobio para una parte. Oportunidad para otra. Lo cierto es que nadie se quedó afuera. Y alimentarnos se convirtió en un ordenador de nuestra vida cotidiana. Volvió a adquirir relevancia. De nuevo en el centro, por motivos inconvenientes, por supuesto, alimentarnos dejó de ser un acto reflejo, acrítico y asintomático.
Reflexionar acerca de lo que comemos, de dónde viene, quien lo produce y cómo lo hace, es un aprendizaje que nos debería haber dejado el derrotero del Covid-19. Porque quizá así podamos erradicar a la otra pandemia, la que goza del buen prestigio, la publicitada y bien mentada industria de la alimentación.
Elegir como alimentarnos, a quién comprarle los alimentos, dónde hacerlo y cómo cocinarlos, podría ser el acto de mayor empoderamiento que cotidianamente podamos ejercer. Unxs, varixs, centenares, miles y millones defendiendo el derecho a una alimentación sana, sostenible, justa y nuestra. Recuperando el uso social de la tierra. Revalorizando a sus trabajadores. Diseñando y poniendo en marcha un nuevo modelo de desarrollo. El que nos hace falta para salir de esta. Ojalá así sea.
Liza Tosti, activista de Tramatierra, organización ecologista de la ciudad de Santa Fe que promueve la construcción de sociedades sustentables.
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Texto: Liza Tosti
Nombre de sección: Ecología
Edición: N° 80