PROTAGONISTA
Su mirada diáfana transmite la sabiduría del camino recorrido.
Como el fluir del agua de un arroyo cristalino, que adapta sus formas a los caprichos de la pradera.
Nos convoca un aniversario especial: 50 años en el ejercicio de la profesión.
Qué mejor que hablar con el protagonista, dueño de una sonrisa franca que contagia confianza y optimismo. Néstor Carlos Montero nos recibe con la afabilidad que le caracteriza.
Por dónde empezar…
¿Sus inicios?
Siempre tengo presente mis raíces. No escapé a la realidad de mi generación. Infancia humilde, trabajando desde los 13 años para colaborar con la economía familiar primero y luego, para que mi hermano mayor pudiera estudiar Medicina.
Fui tornero, metalúrgico, promotor de seguros, vendedor de velas, …. Trabajos dignos que nos permitieron a mi hermano y a mí llegar a tener un título universitario.
Hasta que llegó mi turno y en una maratón de estudio, preparando libre muchas materias como queriendo recuperar el tiempo, logré recibirme de Óptico Contactólogo.
Abracé mi profesión con el respeto que siempre me inspiró. Aún cursando, pedí trabajar en IOA Rosario para adquirir práctica y experiencia. Fue tal mi entrega y responsabilidad que un día el Gerente me llamó para decirme que el puesto de encargado de la óptica de Santa Fe era mío. Y allí se enteró que yo estaba ad honorem, faltando todavía un año y medio para recibirme. Me presentó mi primer gran desafío: sortear en 6 meses las materias de tres cuatrimestres, para asumir el cargo que me ofrecía.
Me considero un bendecido en mi carrera. Pude formarme junto a grandes referentes que sentaron las bases para mi desarrollo profesional. La misma vorágine de la vida me acercó a ellos en la necesidad de rendir libre el último año y fui tocado por una varita mágica cuando me aceptaron en sus equipos.
Podríamos aseverar entonces que la formación que tuvo fue la que le permitió llegar adonde está.
Sólo fue impulsora de sueños y el reto a superarme. En nuestra profesión es fundamental la actualización permanente, por lo que asistir a congresos y seminarios de capacitación debe ser una constante. Siempre hay algo por aprender. Ese fue mi norte y lo continúo haciendo.
Hablemos de logros…
Fui el primero que creyó en la tecnología aplicada a la visión dinámica: cuando crecemos, nuestros ojos pierden naturalmente el poder de acomodación. Pero la industria óptica presentó la solución: las lentes multifocales. Pionero en el Litoral, adapté el primer caso de progresivos con tecnología europea. Desde entonces, avancé junto con la ciencia para brindar siempre la mejor opción a mis clientes.
Otras actividades paralelas a mi negocio me mantuvieron activo.
Impulsor de la creación del Colegio de Ópticos de Santa Fe y de la Federación de Cámaras de Ópticas; Integrante del Consejo Asesor del Departamento de Informes del Centro Comercial y de la Comisión Directiva del Centro Comercial; Co-Creador de la Asociación de Profesionales Ópticos y Contactólogos del Litoral; Colaborador de una ONG dedicada al cuidado de la visión; Disertante en Seminarios de capacitación.
Puedo seguir citando participaciones en instituciones y congresos a lo largo de mi vida, pero el mayor logro, el que me llena de orgullo y me emociona es mi descendencia: tres hijos maravillosos que me dio la vida, exitosos profesionales con valores natos, responsables y respetuosos de sus carreras. Nada más reconfortante que ver su calidad humana. La felicidad se completa con una nieta desbordante de alegría.
Me sorprendió. Creí que sólo hablaría de sus logros profesionales, pero emociona su broche de oro.
A esta altura de la entrevista ya el usted se mezcla con la primera persona. Es que la calidez de su mirada se funde con su sonrisa y café de por medio se convierte en una charla de amigos.
Néstor, ¿cómo ves la óptica de hoy?
Desde el rol que asumí siempre sostuve y sostengo que hay que adaptarse a los cambios, dado que van acompañados de la evolución de la tecnología en óptica oftálmica. La ciencia aplicada a la visión crece a pasos agigantados, brindando soluciones ópticas a cada necesidad. En nuestra profesión debemos estar atentos y prepararnos para la transformación permanente.
Al escucharte, siento que hay un mundo mágico detrás de una lente ¿Tanto ha avanzado la industrialización?
Podría citarte que la primera lente bifocal la inventó Benjamín Franklin en 1784. Te pregunto yo: así como te compras un buen celular, las mejores zapatillas para practicar tu deporte favorito, ¿tus ojos no merecen los mejores diseños de lentes?
Me preocupa la despersonalización de la profesión en algunos ámbitos, cuando la necesidad del paciente requiere una atención personalizada en el asesoramiento sobre su condición visual. Ante tantas alternativas disponibles, es importante indagar cuál es la mejor solución para su caso.
Mirando hacia adelante, ¿cómo ves la óptica del futuro?
El óptico argentino tiene que internalizar el conocimiento, ser flexible y adaptarse a cambios permanentes. Es importante trabajar con laboratorios de avanzada, equipados con tecnología de vanguardia que estén alineados a las novedades que se presentan cada año en Europa. Esa alianza se traduce en la calidad óptica y visual que podemos ofrecer a quienes requieren de nuestro asesoramiento.
Me hablas de ópticos y de laboratorios ¿Adónde termina el trabajo del profesional?
Nunca termina. Detrás de cada receta hay un equipo: el médico oftalmólogo que detecta la necesidad, el profesional óptico y sus colaboradores que interpretan la receta escogiendo la mejor solución, el laboratorio que genera las lentes y el paciente. Cuándo termina? Cuando el cliente vuelve a nuestra Óptica a renovar sus gafas porque se sintió satisfecho la primera vez que lo atendimos. Para mí es un regocijo atender a varias generaciones de una misma familia, porque se traduce en la recompensa del deber ser.
¿Qué quieres que se lleve cada cliente que visita tu óptica?
La experiencia de ver, atendido en un ambiente en el que prevalezca la persona como eje. Personalmente siento satisfacción cuando con mi equipo de colaboradores superamos sus expectativas.
¿Qué sentís por tu profesión?
Pasión. Doy lo mejor de mí. Hasta encontrar la mejor solución para el paciente no me detengo. Como dice Saint Exupéry, “Lo esencial es invisible a los ojos”; casi como una paradoja: es que busco desde el alma dar lo mejor para hacer visible la belleza del entorno. A veces no alcanzamos a dimensionar el regalo de la visión y alguna vez elegí como destino el ayudar a disfrutar de lo que atraviesa nuestra mirada.
Es indudable tu dedicación, traducida en tantos años de permanencia ¿Cuál es el “para qué”?
Entendí que la vida es servicio y es la forma de servir a mis semejantes. Quizás en la primera etapa como intuición, dada la vorágine que fue mi vida. Con la experiencia y el transcurrir, me marcó el tener en mis manos la posibilidad de ayudar a ver y mejorar la calidad de vida de las personas.
Si tuvieras que definir con una sola palabra a Néstor Carlos Montero, a su trabajo, su profesión, su visión de la vida…
Si me permitís, voy a utilizar dos palabras: Amor y Gratitud.
Como aprendiz de esta vida tuve el privilegio de conocer y transmitir las vivencias del Néstor Carlos humano que hay debajo de su chaquetilla blanca. Un entusiasta del camino que eligió, al que se le humedecen los ojos cuando habla de sus hijos y nieta, con un corazón generoso que trasciende más allá de su consultorio.
Centro Óptico Monte Carlo es parte de su historia en el devenir del tiempo. Pasado, presente y futuro se conjugan en su biografía. El escenario donde cada día protagoniza su mejor libreto.
Óptica Monte Carlo en Lisandro de la Torre 2657
0342 4599851
optmontecarlo@gmail.com
Texto: Silvana Gramaglia
Fotos: Juan Manuel Casco
Nombre de sección: Formas de sanar
Edición: N° 87