Parafraseando al pensador español, suele decirse que somos nosotros y nuestras circunstancias. Nuestro entorno y sus hacedores pueden contribuir a que tomemos uno u otro camino. En la vida de Natalia Ocampo la acción de una madre fuerte marcaría la diferencia. Después llegaría el trabajo, la militancia sindical, la política y la candidatura. Así, la chica rebelde del barrio Las Delicias es hoy una mujer de convicciones firmes que aspira a ser diputada.

Natalia Ocampo es rosarina y creció en un barrio complicado. “Era un contexto de pocas posibilidades -cuenta- y mi mamá quebró eso. Nos mandó a mi hermano y a mí a una escuela pública en el centro. Entonces pudimos ver otra realidad de vida, otro futuro posible”. Con Gonzalo, ocho años mayor que ella, transitaban a diario un recorrido de 45 minutos en colectivo. Su barrio estaba alejado y una sola línea de transporte llegaba al lugar. La exclusión suele tener su correlato físico en la estructura de las ciudades y en las líneas invisibles que separan las zonas operando como fronteras.

«Esa decisión de mi mamá de poder generar vínculos con otros contextos nos abrió la cabeza», explica Natalia, hoy graduada en Administración y Gestión Pública en la UNL. Esa madre de dos universitarios era chapista y trabajaba con su marido en un taller. Viuda tempranamente, no pudo mantenerlo. Natalia tenía seis años y frente a sí un Rosario que se extendía más allá del barrio. «Si no ves otras posibilidades no podés comparar –relata– decís esto es lo que me tocó y punto. Y ayudó mucho el poder haber ido a una escuela pública en el centro de la ciudad, el Normal N° 3, salir y conocer el centro. Yo pude verlas y ahora eso es lo que queremos demostrar con el Frente de Todos y que las posibilidades sean realmente oportunidades».

Santa Fe, gremio y política

La militancia gremial llegó a Natalia junto con su primer trabajo. «Yo entré como pasante al banco. Había mucha desigualdad y empezamos a organizarnos». A sus 22 años quedó efectiva pero la estabilidad trajo otro reto: la mudanza a Santa Fe, una ciudad que desconocía. «Estaba sola –continúa– y el sindicato se convirtió en un lugar de contención para mí». Sus primeros meses fueron de pensión y de amigas conocidas a través del vóley. El deporte estrella en su escuela secundaria fue el elegido para practicar en Unión ni bien llegó a esta ciudad.

«Yo soy secretaria de Derechos Humanos, Género e Igualdad en el sindicato bancario», explica Natalia sobre su presente en el espacio conducido por Claudio Girardi. Los temas de su área le interesan particularmente. Destaca la decisión a nivel nacional de darle entidad propia a los derechos humanos y entiende que en género hay mucho por recorrer. «La brecha salarial sigue siendo marcada y es muy bajo el porcentaje de mujeres en gerencias y puestos de decisión».

El trayecto en política fue paralelo a su actuación sindical. «Milito en política partidaria desde 2010. ¿Cómo tomé la candidatura? Yo vengo de la estructura del peronismo que es muy orgánico por lo que debo estar adonde el movimiento me necesite. Surgió la posibilidad y yo la recibí con gusto». En uno y otro ámbito subraya la importancia del trabajo conjunto: «Entiendo a la construcción como una acción colectiva», afirma. ¿Su referente? Cristina Fernández. «Ella logró que los jóvenes entendiéramos la política como una herramienta de transformación real y que la militemos con alegría».

Ideas para el Congreso

Sus planes para la banca nacional tienen que ver con los temas que más conoce. «Integro la red sindical de ambientes laborales libres de violencia que se formó hace cuatro años. Somos más de 35 sindicatos y buscamos visibilizarla y erradicarla». En su relato se refiere a los compañeros que quedaron sin trabajo y a los que lo mantienen con temor permanente de perderlo. «En Santa Fe tenemos un protocolo de actuación contra la violencia laboral que es único en el país porque cuenta con tres miradas fundamentales: la de la defensoría del pueblo, la de la secretaría de trabajo y la gremial». Esta herramienta que fuera expuesta ante la OIT en Ginebra es una propuesta que Natalia quiere extender a nivel país.

La candidata a diputada de la lista que encabeza Marcos Cleri cree que los avances tecnológicos en materia laboral requieren atención. «El movimiento sindical se enfrenta hoy al reto de modernizarse, debemos aggiornarnos con respecto a los nuevos tiempos tecnológicos y la precarización que conlleva, por ejemplo, trabajadores de las plataformas virtuales, que no tienen contención gremial y sobre los que debemos tener un posicionamiento». Y está el tema género: «Tenemos un equipo interdisciplinario con el que trabajamos la violencia de género dentro del ámbito laboral». Aunque Natalia afirma que hay paridad en su equipo político sabe que aún queda mucho por hacer en pos de la real equidad que debe incluir la toma de decisiones. «Llevamos años de opresión y el cambio se va dando paulatinamente».

Texto: Julia Porta

Fotos: Pablo Aguirre

Estilismo: Mariana Gerosa

Nombre de sección: Gestiones políticas

Edición: N° 76

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