La inauguración de «Mutanti», escultura de Diego Bianchi en un edificio del barrio de Caballito, como obra ganadora del concurso Premio Azcuy, puso en evidencia la creciente sinergia desplegada entre arte y real state, una alianza que ha aumentado de manera sostenida en el último tiempo.

La inauguración de «Mutanti», una escultura de Diego Bianchi en un edificio del barrio de Caballito, como obra ganadora del concurso Premio Azcuy, puso en evidencia la creciente sinergia desplegada entre arte y real state, una alianza que ha aumentado de manera sostenida en el último tiempo y que sumará un nuevo capítulo la semana próxima cuando el empresario y fundador de Malba Eduardo Costantini presente Oceana Puerto Madero, su más flamante desarrollo inmobiliario que incluye piezas de Elba Bairon y Leo Batistelli, entre otros.

Hace poco más de un mes que quedó formalmente instalada en el edificio Donna Terra la mega escultura de Bianchi, realizada en acero inoxidable: una pieza tubular de 70 metros lineales que se despliegan y ondulan como una gran lombriz por distintos sectores del predio. En algunas de sus partes funciona como receptora de los desechos orgánicos para generar compost.​​

Mientras que en Pedro Goyena 1760 se puede ver la ganadora de la primera edición del premio -una alianza entre Azcuy y el Museo de Arte Moderno- en pocos días se anunciará formalmente la cuarta edición. De la segunda edición resultó ganadora Adriana Bustos con el proyecto Mundo Imaginal (se verá en el edificio Donna Acqua, a fin de este año) y el mural escalable «La montaña concreta» de Fabián Bercic se adjudicó la tercera edición.

«Es parte de hacer un buen producto y de que cada edificio sea mejor que el anterior. Azcuy es hoy el premio de mayor dinero en la Argentina, de 2 millones de pesos, y ya está consolidado. Pese a que nos agarró la pandemia en el medio, decidimos sostenerlo contra viento y marea. Logramos que más de 1.000 artistas se inscribieran en cada edición. La alianza con el Museo de Arte Moderno nos dio un gran espaldarazo institucional, y dio tranquilidad a los artistas de que la evaluación va a ser de un jurado de prestigio», cuenta el arquitecto Gerardo Azcuy, fundador de la desarrolladora inmobiliaria de torres premium que lleva su nombre, con la que ya ha construido 200.000 metros cuadrados en Argentina.

Todos sus proyectos combinan arquitectura, arte y sustentabilidad. Posee siete desarrollos inmobiliarios en construcción, en el barrio de Caballito, donde se irán instalando las obras ganadoras del premio.

«Arranqué hace 30 años, con edificios chiquitos, y desde los primeros -mucho antes de que Azcuy se transforme en una de las empresas constructoras más grandes de Buenos Aires- ya hacíamos pequeñas intervenciones, con algún amigo artista. Con el primer edificio de escala mayor, el Donna Terra, fui a ver artistas, galeristas, curadores, pero no le encontraba la vuelta. Hasta que pensé en un concurso para que haya una visión amplia. Recorrimos distintos museos buscando apoyo institucional y en el Moderno encontramos una gran interlocución», relata Azcuy.

En este concurso que premia obras inéditas se seleccionan cinco proyectos finalistas, cada uno de los cuales recibe $80.000 para ajustar y desarrollar sus propuestas en profundidad antes de presentarlas nuevamente ante el Jurado. Tras esta instancia, se selecciona al ganador, quien resulta premiado con $1.200.000. Los costos de producción de la obra son asumidos enteramente por Azcuy.

«Elegimos desarrollar los edificios principalmente en Caballito porque es un barrio que no tiene la oferta cultural de otros barrios como el centro, Recoleta, La Boca o Palermo. Caballito es un área que adolece de eso. Entonces con esta iniciativa nosotros traemos a la comunidad artística al barrio. Una de las cosas que más me gusta es pensar que no vamos a un edificio con obras de arte sino ¡todos los edificios que hagamos a lo largo del tiempo! y así el barrio va a tener una característica notable», desgrana este referente de la industria del Real Estate.

La búsqueda de una experiencia artística cotidiana se va a poder vivenciar también en el más flamante emprendimiento del empresario y coleccionista Eduardo Costantini, fundador del Malba, que se prepara para lanzar el próximo 26 de mayo un nuevo complejo residencial de Consultatio, bautizado Oceana Puerto Madero.

Situada en el último terreno disponible en Puerto Madero sobre el Dique 2, Oceana serán dos edificios unidos por un amplio parque con un espejo de agua e intervenciones de arte especialmente concebidas para la plaza y el lobby de los edificios, es decir, de site specific.

En el corazón de este complejo, sobre un basamento de piedra, el agua será el soporte para desarrollar los mapas estelares de Leo Battistelli, en diálogo con las esculturas de Elba Bairon. En el ingreso a las torres se aprecian los móviles de Daniel Joglar mientras que la propuesta artística se complementa con las pinturas de Federico Lanzi, Lola Goldstein, Alejandra Seeber, Karina Peisajovich y Juan Solanas.

«Los dos primeros desarrollos de Oceana Residences nacieron en Key Biscayne y en Bal Harbour, Estados Unidos», dice Costantini sobre sus lujosos proyectos, uno de ellos es el que incluye la famosa Ballerina de Jeff Koons que se vio en Buenos Aires en la explanada de Malba, justo antes de viajar a Miami para quedar formalmente instalado en el área común de una de estas lujosas residencias.

«Oceana Puerto Madero despliega un programa de arte concebido especialmente para el proyecto, a cargo de destacados artistas argentinos y latinoamericanos. Un patrimonio artístico compartido capaz de generar nuevas experiencias para los propietarios, residentes y visitantes. Esperamos que los residentes logren una conexión con las obras», añadió el fundador del museo Malba y de Consultatio Real Estate.

Ubicada en el centro de la plaza entre ambas torres, «Diálogo estelar», de Leo Battistelli, es una instalación escultórica de 255 metros, un mapa abstracto que recrea las 88 constelaciones y las casi 2.500 estrellas que pueden verse en el cielo desde los dos hemisferios terrestres, representadas a través de semiesferas de porcelana pintadas en oro y en platino, que a modo de espejos convexos reflejan el cielo. La obra invita así a levantar la mirada y reconocer nuestro cielo austral reflejado en el gran espejo de agua del enorme Río de la Plata.

También en la plaza se verán dos imponentes piezas en bronce de Elba Bairon cuyas características insinúan una proveniencia inidentificable. La artista trabaja con esa ambigüedad, como si se tratara de una pareja de meteoritos que se ha estacionado con gracia y suavidad en las entradas exteriores de las torres Oceana.

Las obras se multiplican una vez dentro de los edificios, en el lobby, front desk o ascensores. Se destaca en los corredores principales la video instalación de Juan Solanas, «El bosque encantado», una vista hiperrealista de un bosque improbable, real y fantástico a la vez, en el que habitan criaturas híbridas digitales que representan a la fauna autóctona de la reserva ecológica del Río de la Plata.

El lujoso complejo SLS Puerto Madero, estrenado en 2019 por la empresa Related Group, del coleccionista de arte y desarrollador inmobiliario argentino Jorge Pérez reúne en su interior y en los espacios a cielo abierto obras importantes como una fuente de Nicola Costantino que rinde homenaje al Jardín de las delicias, una escultura calada con frases de Marie Orensanz, o un inmenso mural colorido de Gachi Hasper, junto a otras obras de Jorge Miño, Diana Cabeza, Eugenio Cuttica, Aldo Sessa y Graciela Sacco.

Sobre la calle Pierina Dealessi al 1700, SLS fue el primer emprendimiento en territorio argentino de Pérez, reconocido amante del arte quien dio su nombre al Pérez Art Museum Miami (PAMM), inaugurado en 2013 con una colección de 1.800 obras donde destacan piezas de Diego Rivera, Xul Solar, Olafur Eliasson, Wifredo Lam, Roberto Matta, Pedro Figari y Joaquín Torres-García.

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