Es la cara femenina más conocida de la televisión santafesina y afirma que este hecho no la afecta en su vida privada. Su primer trabajo en los medios fue a los 16 años en un Circuito Cerrado de Radio, de la iglesia de Monte Vera. Estudió locución en Buenos Aires y Comunicación Social en nuestra ciudad. Hace doce años, junto a Emilio Jatón, es la conductora de Notitrece y asevera que todavía no llegó a su techo profesional. Está casada con Fabián Martorino, el Gerente de noticias del Canal, y tiene dos hijos varones de 12 y 16 años. En esta entrevista, nos cuenta la cocina del noticiero más visto de la ciudad y nos acerca un poco más a la mujer que además de ser profesional, es madre y esposa.
TS – ¿Cuáles fueron tus primeros pasos en la locución y el periodismo?
ML – Mi primer trabajo fue a los 16 años con el padre Rosso en Monte Vera, que tenía un circuito cerrado de radio. Él convocaba y se rodeaba de gente joven, ahí hice mis primeros pasos en CICERA, Circuito Cerrado de Radio. Pertenecía a la iglesia y funcionaba al costado de la parroquia. Hacía programas los sábados y domingos, porque de lunes a viernes tenía que ir a la escuela. Esa experiencia para mí fue descubrir lo que pasa adentro de lo que vos escuchabas en tu casa. Cuando regresé de Buenos Aires trabajé en LT 9, la 94.1 Onda Horizonte, Satel, en Sol. Todos mis trabajos fueron excelentes experiencias para mí, tanto profesionales como personales. En televisión, mi primer trabajo fue en el cable de Esperanza, Canal 2, donde iba dos veces por semana y hacía un magazine.
TS – ¿Cuántos años hace que estás en Canal 13?
ML – Hace 18 años que trabajo en el canal, empecé a hacer cabina, que es el trabajo de locución en off. Es un trabajo demasiado tranquilo, hasta aburrido te diría, pero la ley de radiodifusión lo exige. Son los que figuran en los libros de actas, cuando hay un corte de transmisión lo dicen y graban las programaciones.
TS – ¿Cuántos años hiciste ese trabajo?
ML – Ese trabajo lo realicé durante mucho tiempo, trabajaba con Jorge Ritvo. Yo quedo efectiva en el Canal cuando muere él. Cuando el canal deja de ser de la familia Bobbio y pone el pie Telefé, se hace una reestructuración muy grande y a quienes estábamos haciendo cabina, incluido Marcelo Brondino y Eugenio Fernández, nos sumaron a noticias. A partir de ahí, hace doce años que estoy en el Noticiero.
TS – ¿Con qué función te incorporaste al noticiero?
ML – Como conductora, comencé a conducir el noticiero con Emilio Jatón, ocupando el lugar que había sido durante muchos años de Lucho Pérez Calle y Marta Fassino.
TS – ¿Te sentís cómoda conduciendo el noticiero con Emilio?
ML- Sí, hace doce años que estamos juntos en esto. Emilio llega y yo sé cómo viene, si está enojado, contento. Como somos los viejos del canal, nosotros trabajamos con rutina, pero nada guionado. Nos ponemos de acuerdo dos segundos antes de salir al aire y vamos para adelante.
TS – ¿Cómo se arma el noticiero?
ML – Nosotros desde temprano hacemos el armado del noticiero, tomamos una hoja en blanco y vemos de acuerdo a una serie de criterios que tenemos aceitados, qué ponemos al aire. Es toda una responsabilidad porque en definitiva es lo que vas a poner al aire al mediodía. Es todo un desafío.
TS – ¿Sentís presión al trabajar en el noticiero más visto de la ciudad?
ML – No, la verdad que no. Porque si yo trabajara en el cable o en otro lugar, tendría la misma impronta para hacer mi trabajo. Si tengo que hacer una nota en el estudio, o un móvil, estoy dos horas con la cabeza puesta en eso, porque tengo la necesidad de prepararme, saber lo que voy a hacer. Muchas veces los periodistas caemos en el error de creernos “todólogos” y no es así. Cuando tengo que hablar hasta de lo más básico, investigo antes. Esa es mi forma de trabajar, no quiere decir que sea la ideal o esté bien, pero yo trabajo así.
TS – ¿Qué pensás de tu trabajo? ¿Te criticás? ¿Cómo sale el noticiero?
ML – No sé cómo sale, porque no me veo. No me gusta verme, pero nunca estoy conforme con lo que hacemos. Jamás voy a decir: ¡qué buen noticiero que hicimos! A lo sumo: estuvo bien, pero faltó tal cosa. Si me quedo con que estuvo perfecto, mañana qué hago. Es como una vida misma, hacés algo en tu casa y siempre te falta. Ese es el motor…lo que te impulsa.
TS – Es una decisión profesional.
ML – Y hasta personal. Por ahí te sentís un poco mejor. Nosotros nos damos cuenta que para las pocas personas que somos y los pocos recursos que manejamos, hacemos un buen producto. Pero esa mi calificación máxima. Mañana tiene que ser mejor.
TS – Profesionalmente, ¿te sentís en tu techo?
ML – No, porque si pensara así agarro el rulero y me lo pongo en la cabeza.
TS – ¿Tu único trabajo en los medios es el Canal 13?
ML – Sí, pero por una cuestión de tiempo. Por ejemplo, hace tres años vengo teniendo propuestas para trabajar en diferentes radios. Todas muy buenas ofertas, las evalué, las pensé, las hablé con Fabián; y la verdad que con los tiempos que manejo, que son tiempos de madre, no pude aceptar. Cuando tenés hijos es un poco y un poco, lo importante es estar presente, porque sino cuando ellos son más grandes te querés agarrar la cabeza.
TS – ¿Cómo se sobrelleva esto de compartir la vida laboral y familiar con Fabián?
ML – Pasamos por todas las etapas, porque cuando él hacía fútbol no lo veía nunca, ni siquiera los sábados y domingos, y funcionábamos. En ese momento dije: debe ser la distancia. Ahora nos vemos todos los días, todo el tiempo y digo: debe ser la cercanía. No es fácil igual.
TS – Pero, ¿sentís que manejan bien esa relación en el ámbito laboral?
ML – Eso te lo tendrían que decir nuestros compañeros, pero yo creo que lo manejamos dignamente. Yo trato de respetar su lugar y él me trata como si fuera una más del grupo. Y así debe ser, porque en realidad yo soy una empleada más y trabajo como el resto.
Las noticias ayer y hoy
TS – ¿Cambió el noticiero televisivo?
ML – Antes el noticiero era una cosa totalmente estructurada y guionada. Yo venía con eso, porque lo veía en la tele. Los conductores antes eran dos muñecos de torta que no se permitían ni la broma, ni charlar, nada. De a poco se fue relajando esa relación y hasta el contenido. Salvo cuando es época electoral y está la cocina de la elección. Sino no porque se sabe que la gente no consume eso. Y si bien es cierto que hay que tocar los temas desde todos los lugares posibles, con todas las voces y todas las aristas, también es cierto que hay que permitirse la sonrisa, el derrape. Nosotros lo logramos cuando es el cierre del noticiero y en el primer pronóstico que es a las 13.30 aproximadamente. Yo creo que eso también nos ha desestructurado a nosotros, porque nos permite reírnos de nosotros mismos.
TS – Se logra otra llegada también…
ML – A mi me fascina, porque yo aprendí a mostrar lo que soy. Marcelo Brondino siempre dice: viste María, así como la ves, así es. Yo aprendí a darme ese permitido, ese lujo de decir, yo soy esto. Soy lo que ves, la persona que se ríe, que tiene malhumor, que me caen bien algunas cosas y cuando algo no me cae bien dicen que se nota mucho.
TS – ¿Te trajo inconveniente la exposición pública que tenés?
ML – En un principio me tuve que acostumbrar a estar arreglada. Yo vivía en pantalones de jeans y calzas y para mí esto de estar atenta al color del pelo, que no se te vean las raíces, eso me jodió un poco. Pero después no, porque tengo una vida absolutamente normal: voy al supermercado, a pagar mis impuestos. Más allá de la exposición no hay diferencias entre mi trabajo y el de otra persona.
TS – ¿Te reconoce la gente en la calle?
ML – Muchas veces me dicen en la calle: qué parecida que sos a la mina del noticiero. Y yo les digo que sí, que soy parecida.
El acceso a los medios
TS – ¿Es difícil el acceso de la mujer a los medios? ¿Fue difícil para vos?
ML – No, nunca tuve ningún problema y no me costó. No hay que hacer distinción entre mujeres y hombres en cuanto al acceso a los medios. Es difícil porque hay muchos abusos, eso es lo que veo. Los famosos contratos becarios, el “te lo renuevo cada tres meses”. Si bien es cierto que te tenés que poner en el rol del empleador y saber que no podés tomar una persona y dejarla efectiva desde el primer día, porque es utópico. Pero sí creo que hay mucho abuso y el famoso “salís al aire si traés la publicidad”, lamentablemente todos sabemos que se maneja así.
TS – Pero para vos esto no tiene que ver con el género
ML – No tiene que ver con el género, es un problema general, le pasa a hombres y mujeres. Al contrario, en el rubro televisivo incluso se busca más a la mujer que al hombre. Es una cuestión de abuso de los medios chiquitos y grandes.
TS – ¿Te irías a un medio nacional?
ML – En este momento no, pero por una cuestión de anclaje familiar. En alguna oportunidad he tenido la posibilidad de gestionarlo, hoy la oferta tendría que ser doble y tendría que arrastrar toda mi gente. Estoy muy instalada en la ciudad.
TS – ¿Te gusta Santa Fe?
ML – Sí, me gusta. Desteto cuestiones de inconductas de la gente. Pero me gusta mucho y estoy cómoda.
CRÉDITO: Paola Starder FOTOS: Pablo Aguirre