Es oriundo de la ciudad de Santo Tomé, tiene 37 años, hincha de Colón, y uno de los diputados más jóvenes que tiene la provincia y el PJ. Llegó a su banca tras las elecciones de mayo de 2011 con 52 mil votos, cosechados en la campaña de Jóvenes para la Victoria. Eran dos colectivos “llenos de pibes” que recorrieron la provincia durante cuatro meses, durmiendo en carpas y bolsas.
La lista que encabezaba fue la primera en Latinoamérica conformada 100% por jóvenes menores de 35 años.
Está casado con Lucía Albistur y juntos tienen a Lola como hija y como norte.
TSF –¿A qué jugaba de chico? Supongo que no se sentaba y pedía la palabra o redactaba proyectos, nadie juega a ser diputado.
LB –En los cumpleaños de 5 o 6 años daba discursos (risas), me paraba en la punta de la mesa y amenazaba con que iba a ser presidente. Por supuesto que todos nos reíamos, era un personaje que asumía.
TSF –¿De dónde sacaba eso?
LB –No sé bien pero, evidentemente, la militancia de mis viejos me llegó, en mí era bastante común, creo que también tiene que ver con la personalidad.
TSF –¿Los deportes lo acompañaron en su niñez?
LB –Sí, fútbol y básquet.
TSF –¿Era bueno o de madera?
LB –(N de R: en el comienzo de la respuesta intenta despegarse del acto autómata que tiene cada persona de resaltar sus dotes pero, no lo logra finalmente, y dice:) Es difícil categorizarse uno mismo pero, cuando otros elegían, siempre estaba entre los primeros. Además, era muy bueno al básquet, a pesar de la altura. Siempre jugaba en categorías más grandes, siendo pre mini jugaba en mini, siendo mini jugaba en infantiles.
TSF –¿Qué nombres se acuerda de esas formaciones?
LB –Andrés Nocioni; Carlos Delfino, que era dos categorías más chicos que yo; Eduardo Calveri, y una serie de técnicos y jugadores que en esos momentos le dieron a Unión de Santo Tomé una época de gloria porque ganaban todo.
TSF –¿Qué edad tenía en esa parte de su vida?
LB –Desde los 6 años a los 14. Tuve un tránsito de la escuela primara de Santo Tomé a la secundaria a Santa Fe y hubo momentos de replanteos porque, en ese paso, la mayor parte de mis amigos se quedaron en Santo Tomé. Al principio iba a la escuela (secundaria) con tres amigos de Santo Tomé y éramos un gheto pero, con el tiempo, me repartí entre amistades de los dos lugares.
TSF –¿En el curso había debate político?
LB –Muy poco, en el Colegio Inmaculada la actividad política no estaba permitida dentro, sin embargo, la formación Jesuita es muy vinculada a lo político y, fundamentalmente, a lo social. Canalicé mis inquietudes a partir de dos experiencias: un trabajo muy fugaz en una copa de leche en Santo Tomé, a mediados de la década del 90 y, el otro caso, por actividad en el colegio, cuando me fui a misionar a Santiago del Estero. A la vuelta, decidí que debía elegir entre dos opciones: la religión o la política y fue la segunda. Ya sabía que era Peronista, fue hereditario, jamás hubiese podido ser de otro partido, mi mamá me inculcó mucho el Peronismo.
De todos modos, era muy difícil vivir el PJ de aquella época, era el menemismo en plenitud, era muy difícil explicar en los hechos lo que el Peronismo me enseñó en la historia. Era muy complejo defenderlo, porque estaba saturado de un proceso neoliberal feroz, veía a tipos que me generaban la pregunta “¿qué tienen que ver estos con el peronismo?”. Muchos habían llegado de la hight society santafesina a ocupar lugares fundamentales.
TSF –¿Qué clase de alumno era en la escuela secundaria?
LB –Bueno(breve silencio).Me llevé en cinco años dos materias: matemática en 2° y en 4°. Pero fue por conducta, porque tuve encontronazos con las docentes a fin de año pero, obviamente, las saqué en el turno de diciembre. Era muy bueno en Ciencias Sociales, Historia, Lengua y Literatura. Sin embargo, jamás dejé de salir, jugar, o lo que sea, y lo mismo hice en la facultad.
TSF –¿Qué docentes lo marcaron?
LB –Fueron tres o cuatro, Ángel Werlen, profesor de plástica; Osvaldo Valli, un tipo extraordinario, profesor de lengua, con él empezamos a leer autores como Cortázar; el Negro Blanche, un gran profesor de historia; me parece que entre ellos tres, sumado a otros que me estaré olvidando y por lo que voy a cometer una injusticia, son tipos con los cuales me sentí muy identificado.
TSF –¿Deja de ser político en algún momento?
LB –Creo que no, más allá de que es una experiencia muy personal, hay varias maneras de vincularse a la política, debe haber gente que labura de esto, llega a su casa, deja los problemas en la puerta pero, en mi caso,hago política desde mucho antes de ser diputado. Para mí la política es un sistema ordenador de valores, creencias y principios y, en base a eso, uno define cómo ve el mundo. Nunca dejo la reflexión política para tomar decisiones en mi vida, sea comprar algo o pensar qué quiero para mi familia. Considero a la política rectora de mi vida en general.
TSF –¿Tiene amigos de izquierda y de derecha?
LB –Sí, creo que rozar en algunos ámbitos te hace trascender a otro lugar y te quita los prejuicios, así se conoce a las personas. Hay tipos que en todos los partidos son muy piolas y con los que comería asado, y hay hombres en el PJ con los que no me sentaría a comer nada ni aunque me paguen.
TSF –Si un día llega su hija y le dice “est
a es mi pareja, nos conocimos estudiando, es dirigente de derecha o juega en Unión” ¿cómo reaccionaría?
LB –(risas y reflexión) Si mi hija está contenta y con alguien que la trate bien, me pondría alegre a mí, pero ese cuadro no dejaría de ser una situación cómica, hay buena gente en todos los lugares. Me gustaría que mi hija encuentre la felicidad pero siempre con algunos parámetros, el límite es la democracia y algunos valores que mencioné antes.
TSF –¿Qué le produjo la paternidad?
LB –Trato de no enojarme por las cosas que creo que no valen la pena, de todos modos en algunas cosas todavía estoy muy visceral, debería evitarlo. Mi hija me ayudó a pensar que hay cosas realmente importantes en el mundo. Eso, claramente, me moviliza a pensar qué país le quiero dejar, verse realizado en los más chicos me moviliza.
TSF –¿Qué proyecto exhibe con orgullo y cuál le hubiese gustado confeccionar?
LB –No tengo un vínculo de ese modo con los proyectos pero sí me gustan los que están relacionados a la Justicia y a la seguridad, me alegra haber podido ser parte de la sanción de la protección de testigos, o la ley que transformó a Rincón en ciudad. Sí me hubiera gustado vivir los últimos 12 años, votar YPF, Aerolíneas Argentinas, matrimonio igualitario, las leyes de artistas y músicos, la paritaria docente, la derogación de las leyes de Obediencia de vida y Punto Final, la Ley de Medios, de todos modos me sentí plenamente representado por los hombres que lo hicieron.
TSF –Si tuviera la posibilidad de ser presidente por un día y con ello poder llevar adelante tres actos de gobierno ¿cuáles serían?
LB –Me gustaría retomar en la Argentina vinculada a los procesos históricos de los últimos años. Hoy me inclinaría por el restablecimiento pleno de los beneficios sociales a los sectores más vulnerables; impulsaría una reforma constitucional seria, no para discutir reelecciones; e intervendría fuertemente con decisiones que modifiquen la estructura de la justicia, eso debe ser una discusión de puertas abiertas a la sociedad.
TSF –¿Colabora en su hogar con las tareas?
LB –Sí pero no soy el papá ni el marido ejemplar, el aguante de mi esposa es ejemplar. Pero en mi caso, cuando debo hacerlo limpio, ordeno o cambio pañales.
TSF ―Si encuentra a Leandro Bussatto a los 14 años caminando por la calle, ¿qué le aconseja?
LB ―Que no traicione sus sueños a cambio de algo, la lealtad, la honradez y, si ese chico se encontrara conmigo a mis 50 años, me diga “no hemos cambiado”. De aquí a un año me gustaría ser un gran papá y, políticamente, ser parte de un proyecto que vuelva a enamorar a los santafesinos.
Crédito: Sergio Ferreyra
Fotos: Pablo Aguirre
Maquillaje: Mariana Gerosa