«La Cigarra» es una casa de arte y atelier que se dedica a la exposición, promoción y venta de artes visuales y eventos culturales. Nace en La Cumbre, Córdoba —paraíso si los hay— con corazón santafesino.
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Tal como María Elena Walsh escribió su memorable canción «La Cigarra», inspirada en las vidas de los viejos artistas que, ya merodeados por el olvido, se resistían a un retiro impiadoso, este pequeño oasis del arte cobra vida en un pequeño pueblo serrano de características muy especiales. El lugar y su entorno nos recuerdan que todo es posible, que la belleza existe más allá de nosotros, y que la creación salva en cualquier contexto.
Emplazada en el corazón del Valle de Punilla, Córdoba, La Cumbre es, fue y será, cuna de artistas —ó más bien refugio—, ya que una de sus características es la de recibir habitantes de otras latitudes, incluso extranjeros que, enamorados de este lugar paradisiaco, recalan para vivir su segunda vida entre las sierras, con actividades e historias tan peculiares que cualquier escritor bien podría nutrir su obra entera con ellas.
No es casualidad que al ir paseando entre sus calles arboladas, con los primeros colores del otoño, como salidos de la paleta de Miguel Ocampo, y la solitaria sofisticación de las casonas inglesas, de pronto aparezca una entrada transparente llena de luz en un blanco inmaculado, con obras contemporáneas de los mejores artistas cordobeses y cumbrenses flotando en su interior. Y que —además— se llame «La Cigarra»: morir y renacer, en sintonía con esta aldea nacida bajo el signo de escorpio.
No es casualidad, digo, porque es la población con mayor densidad de artistas por habitantes del país, impronta heredada del escritor Manuel Mujica Láinez, quien vivió, escribió su obra y luego murió en Cruz Chica, en su casa de «El Paraíso». La misma es hoy un museo de inigualable belleza y valor, siempre al borde de la desaparición, por esa característica tan argentina de descuidar nuestro patrimonio. Sin embargo, su espíritu invisiblemente poderoso sigue en pie, y forma parte del ADN de todo lo que sucede y se materializa en el pueblo, como si esa resistencia al tiempo y al olvido fuera, en gran parte, lo que lo hace único.
En este marco tan particular y anacrónico, Maria Victoria López Severin, santafesina, quien hace apenas dos años eligió este lugar en el mundo para volver a encontrarse con su profesión de artista plástica, creó un espacio en su propia casa, para «convivir» —literalmente— con el arte. Ingresando por una pequeña caja de vidrio desde Avenida Argentina al 510, a pocas cuadras del casco urbano, los visitantes podemos encontrar obras de artistas emblemáticos como Carlos Alonso y Antonio Seguí, entre artistas cumbrenses emergentes: Julieta Balonchard, Lucy Pereyra, Valentina Bondone, Liliana Álvarez Roquier, «Cremadecrema» Morita Kirchner. Estas artistas junto a otros cordobeses de proyección nacional e internacional como Raúl Díaz, Ernesto Berra, Teresa Maluf, José Benito, Celeste Martinez, Carolina Undiano, Nubar Doulgerian, Susana Lescano, Nina Molina, Pilar Ferreyra Peltzer y Renata Morini. Los mismos son parte de la prestigiosa Galería «Via Margutta» de la ciudad de Córdoba, dirigida por Maru Becerra —causalmente también santafesina—, quien generosamente «amadrina» a «La Cigarra» en su deseo de promover el arte cordobés. Sumada a estos artistas, encontramos la obra de la directora de «La Cigarra», María Victoria López Severín: pinturas cuyo universo, entre barroco, espiritual y esotérico, sintoniza con la excentricidad cumbrense. Este arte convive de manera natural con objetos de diseño, como los tejidos al telar, de alta calidad, de «Las López» —emprendimiento que paralelamente lleva adelante María Victoria con una de sus hermanas—, joyería contemporánea y libros. Detrás de la sala de exposiciones, como otra obra de arte en sí misma, una enorme caja vidriada proyectada por el arquitecto Matías Pérez Barrera, a través de la cuál el jardín, el cielo azul y la naturaleza, completan una escenografía perfecta. Esta Casa de Arte, además, propone una programación de teatro, música, charlas y talleres, a lo largo del año para promover el movimiento cultural y el intercambio, en un ambiente íntimo.
La recomendación especial es que turistas y amigos visiten La Cumbre y pasen por «La Cigarra». Allí la encontrarán, en cualquier momento del año, «cantando al sol…», con un clima privilegiado, rodeada de cerros que invitan a diversas caminatas y un montón de lugarcitos para descubrir. Y que como reza en su página de facebook: es «Visitarla – exponer – hacerte amigo – quererla…»
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Facebook: La Cigarra – Casa de Arte
Instagram: lacigarra.casadearte
E-mail: lacigarra.casadearte@gmail.com
Texto: Ezequiel Perelló
Fotos: Mario Tizón
Nombre de sección: Trazos y texturas
Edición: N° 79