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Casi ocho décadas acompañando el pulso de la ciudad, formando parte de los momentos especiales de la gente, esos en los que una joya o un reloj son más que un regalo, son una manera de expresar sentimientos. Julia Prono nos recibe en su joyería para contarnos sobre las preferencias de los santafesinos y sus variaciones según las décadas.

 

11_resultTS- ¿Qué significa cumplir 79 años en la ciudad como una empresa referente de los santafesinos?

JP- Es todo un logro y mérito del esfuerzo de los fundadores primero y después de quienes los sucedimos, siempre tratando de conseguir la excelencia en lo que hacemos y da sus frutos porque la prueba está en que hemos sobrevivido a un montón de avatares.

TS- ¿El cliente sabe lo que viene a buscar?

JP- El hombre es más decidido, “yo quiero” y vos tenés que interpretar el resto. La mujer es más meticulosa, no siempre coincide lo que ella quiere con el dibujo que hacemos a posteriori, pero siempre termina gustando lo que le creamos, es un trabajo de interpretación de lo que pasa por la cabeza del cliente, que normalmente no lo tiene muy claro. Traen una idea, y nosotros pasamos a dibujar, normalmente la que dibuja soy yo, y le ofrecemos distintas opciones de presupuestos. Nuestro objetivo es que el cliente quede satisfecho y se pueda llevar lo que quiere.

TS- ¿Siempre hay un asesoramiento?

JP- Todos aquí estamos capacitados para asesorar, hace muchísimos años que estoy, yo vine cuando mi suegro falleció y tuve que aprender el metié de la joyería, porque soy contadora pública así que aprendí de gemología, sobre metal, qué puedo07_result fundir, qué diseño puedo hacer y qué no. Y hoy los cuatro empleados que nos acompañan que son universitarios o están en vías de serlo, cuentan con los conocimientos necesarios para asesorar también.
TS- ¿El santafesino toma la joya como inversión?

JP- En este momento sí, antes era un simple regalo, o una gratificación. Por otro lado, poder acceder a una joya que causa placer, como comprarte un buen cuadro, aunque no lo puedas mostrar, uno lo disfruta, y el santafesino está haciendo eso, porque a otras inversiones no tiene acceso y con mucho menos dinero puede invertir en joyas o en un buen reloj.

 

CRÉDITO: Marisa Ramos

FOTOS: Pablo Aguirre