Los cactus y suculentas son plantas que se pueden cultivar tanto en macetas como directamente en tierra. Se caracterizan por acumular agua y sustancias de reserva en sus tejidos.
Con su aspecto tan inusual, son fáciles de cultivar y florecen con poca atención y requiriendo sólo algunos conocimientos básicos.
Se puede hacer fácilmente una colección de este tipo de plantas con solo disponer de un espacio relativamente pequeño en cualquier patio, balcón o terraza.
El efecto del frío por sí solo puede ser tolerado por muchas especies de suculentas, no así si éste va asociado a una humedad elevada, la combinación frío- humedad produce putrefacción.
Durante el invierno estas plantas entran en fase de reposo, deteniéndose el crecimiento.
Una iluminación intensa es conveniente para cultivarlas, sin luz crecerán débiles. Son síntomas de falta de luz un color pálido en sus tejidos.
Son plantas que necesitan un riego abundante de vez en cuando. Estos riegos tendrán sus máximos en verano, disminuyen en el otoño y desaparecen en el invierno, ya que si las temperaturas son bajas, la humedad puede producir podredumbres.
En las plantas que se encuentran en el exterior los riegos en los meses de verano pueden ser cada semana si están expuestas a pleno sol durante la mayor parte del día. En otoño se riegan cada 20 días. Es preferible hacer pocos riegos abundantes que muchos superficiales.
Necesitan un sustrato de buena porosidad, que no retenga el agua y sea ligeramente ácido. La mezcla adecuada es un poco de mantillo, arena y tierra vegetal que no sea arcillosa.
Para un crecimiento sin mayores inconvenientes lo básico a tener en cuenta es: no regar en invierno; no usar sustratos demasiado arcillosos y ubicar las plantas donde reciban una buena iluminación.