«A Aoi, sin embargo, no le pareció que la miseria tuviera nada que ver con aquella casa sin alma. Le desconcertaba imaginar cómo había sido la vida de Nanako al crecer en un lugar así» 

Mitsuyo Kakuta. Ella en la otra orilla

 

Entre Calchaquí y Margarita hay 26 km de distancia —la Ruta Nacional 11 funciona de cordón umbilical con la capital de la provincia. Laura nació 10 años antes que Nicolás, son primos y arquitectos (UNL). Se criaron potenciando la fuerza que les brindó ese trecho geográfico y, cual ovillo, les enseñó a entretejer ideas, encuentros y deseos; para luego transformarlo en su poder y sello: HABITARTE Arquitectura. 

 

María Laura Sigaudo y Nicolás Cavallo son los fundadores de esta propuesta binacional que aborda proyectos de diversas escalas tanto en Argentina como en Chile. «Ya veníamos trabajando juntos y comenzamos a pensar cómo hacerlo en la distancia cuando Nicolás se fue a vivir a Santiago, hace unos años. La tecnología es nuestro principal aliado, hay muchos medios, las cosas cambian constantemente, nos ayudó estar preparados para las diversas plataformas (…) Cuando comencé la carrera me la pasaba dibujando en papel y, con el correr del tiempo, surgieron muchos programas que ayudan a mejorar las propuestas», cuenta Laura y Nicolás agrega: «En mi caso soy de la generación que hicimos la carrera “en línea”, la tecnología es una constante actualización y un terreno natural para mí, por eso lo elegimos como espacio y forma de trabajo.»

La naturaleza y la tecnología tienen eso en común, no aceptan la quietud como estadío, ambas mutan, cambian, reprograman, por eso HABITARTE las elige, porque ambos saben, desde que son pequeños, que están en movimiento. 

 

Los hogares develan parte de la identidad de quienes allí transcurren, algo así como una gran chistera. Laura abre su casa-estudio y —que valga el juego de palabras– invitan a habitarl@ (a descubrirles), a dialogar y planificar los deseos para germinar y habitar la propia. «La idea era crear un proyecto donde se notara nuestra impronta y empoderar la manera particular de habitar que tiene cada uno, porque cada persona tiene maneras diversas. Queremos acompañar a cada persona en su proceso, queremos estar y redescubrir el cobijo, el abrazo, por eso HABITARTE».

Los colores claros predominan en el living: una alfombra blanca y lanuda convida a romper las formalidades y a recostarse en ella, cual algodón de azúcar. «Nuestro trabajo es muy intrusivo, estás dentro de la vida de la gente, desde las reformas hasta las proyecciones completas; dialogamos mucho con las personas en todos los procesos, porque tenemos que comprender lo que nos piden y, también, hacer acuerdos. Lo entendemos como un ida y vuelta», cuenta Laura mientras acomoda su postura en un rincón del sillón, Nicolás arregla su camisa y cruza las piernas.

El profesor de la UBA, Roberto Doberti, sostiene que «no existe ninguna persona que no habite y no hay momento alguno en el que no lo haga: habitamos todos y habitamos siempre», y ambos lo saben y lo ponen en juego. «Nos gusta mucho el diálogo entre el interior y lo exterior, el contacto con la naturaleza, y nos agrada trabajar en distintos lugares porque vemos la diversidad de crear, construir, proyectar y eso ayuda mucho en el proceso creativo. Intentamos hacer hincapié en los materiales de los lugares, materiales nobles.» Nicolás sigue en detalle la narración de Laura, baja la vista a su cuaderno de notas —es agradable ver cómo se complementan en las frases, como se consultan con la mirada—, con registro suave cambia el ritmo y el norte de la charla: «Me gustaría volver un segundo al nombre porque tiene que ver también con el tipo de arquitectura que buscamos. El camino lo trazamos a partir de nuestras raíces latinoamericanas logrando una conjunción con la arquitectura oriental; por supuesto, teniendo en cuenta los contextos y, al mismo tiempo, generar un híbrido con la mirada japonesa.» Laura agrega, enfáticamente: «Nos gusta mucho el minimalismo y latinoamérica tiene otro tipo de arquitectura, siempre estamos poniendo un objeto, una planta; cuando agrupamos todas aquellas imágenes que habíamos seleccionado descubrimos que todas pertenecían al mismo estilo (de vida) milenario y de origen japonés. Un pié de foto, de las tantas que teníamos, decía Wabi–Sabi; y utiliza materiales nobles como la madera, el cuero, materiales que están a la vista…» Nicolás recupera la idea inicial: «El wabi sabi busca la belleza de la imperfección por eso tomamos sus tres ejes fundamentales: nada es perfecto, nada es permanente y nada está completo. Todo va mutando: las personas que habitan, las exigencias de los espacios, los deseos, las familias cambian durante el tiempo que vive en los lugares, por eso nada es permanente». 

Mientras caigo en cuenta que sus ropas están combinadas y comparten tonos, Nicolás agrega: «En Santiago de Chile descubrí que lo tecnológico lo tienen muy incorporado aunque proyectan distinto, se especializan en áreas, nosotros nos recibimos y sabemos todo lo vinculado con la casa, por eso los arquitectos argentinos estamos bien catalogados, por qué sabemos de todos los campos, somos integrales». 

 

«Tenemos proyectos en Paraná, en Calchaquí, en Santiago de Chile y algunos están por cerrarse, esos aún no los compartimos.» La website www.habitartearq.com la estrenaron hace poco, allí pueden descubrir parte del recorrido «tejido».

Como una telaraña, los diversos proyectos en los que han y están trabajando confirman que todo queda unido por hilos invisibles, el desafío es animarse a verlos y desearlos. 

 

(Destacado)

 

Wabi–Sabi: Corriente japonesa estética y de comprensión del mundo basada en la fugacidad e impermanencia. Deriva de la afirmación budista de las Tres Características de la Existencia. Leonard Koren, autor del libro Wabi-Sabi: for Artists, Designers, Poets and Philosophers, sostiene que referencia la belleza imperfecta, impermanente e incompleta. Las características de la estética wabi–sabi son: la asimetría, aspereza, sencillez o ingenuidad, modestia e intimidad, y sugiere además un proceso natural. Las palabras wabi y sabi no tienen traducción o comparación directa o en la cultura occidental. Richard R. Powell, autor de Wabi Sabi Simple: Create beauty, Value imperfection. Live deeply (Adams Media, 2004) explica este término diciendo que «cultiva todo lo que es auténtico, reconociendo tres realidades: nada dura, nada está completo, nada es perfecto».

Texto: Victoria Bordas

Fotos: Ignacio Platini

Estilismo: Mariana Gerosa

Nombre de sección: Emprendimientos y servicios

Edición: N° 78

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