En una especie de isla donde se diluyen las resonancias de un mercado de ajetreo incesante se construyó la pequeña patria de la belleza y la resistencia. Los murmullos de la estética se agudizan y son, como las voces mitológicas que dispersaban a Ulises de su llegada a la Itaca de los sueños, un remanso que distrae del mundo agitado que se remueve a pocos metros, una costa que, lejos del peligro del poema griego, se vuelve remanso seguro para los sentidos.
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Por los cuatro puntos cardinales se abre el espacio TODA a las miradas que cruzan, van y vuelven, guían pasos en el espacio cotidiano donde se encuentra lo que se busca, como en los viejos almacenes de ramos generales pero con esa impronta que la contemporaneidad impone a los territorios comunes: una apelación constante a los sentidos. Sin embargo, no deja de sorprender que en ese extremo de Mercado Norte surja del aire, como la luz de un faro, un rincón donde el arte se asienta del mismo modo que un rey a la cabecera del banquete.
Al margen de cualquier circuito consabido donde los cánones establecen las condiciones donde el arte debe exponerse, trascendiendo el habitus que tan bien describe Pierre Bourdieu como ese sistema de disposiciones para actuar, pensar, sentir de una forma determinada que se ha interiorizado a lo largo del tiempo, el espacio TODA llegó hace cinco años para revolucionar en Santa Fe el modo de producir, exhibir y consumir el arte y sus manifestaciones.
Ya de por sí el lanzamiento, dos años antes, de la revista, un objeto de deseo que refleja a la sociedad santafesina y sus personalidades, significó un acto de osadía comunicacional que rompió estructuras: demostró que es posible generar un producto de máxima calidad en su materialidad y contenido a fuerza de constancia y de sueños.
Esos mismos componentes, constancia y sueños, conformaron la fórmula para proponer el ámbito que no demoró en instalarse. Cuando el mundo del arte en la ciudad y la región descubrió la propuesta no tardó en elegirlo como el nido preferido para la incubación de los procesos creativos.
Exponen con una periodicidad sostenida artistas plásticos emergentes y consagrados, cultores de los más variados estilos, hacedores de la fotografía, de la interpretación musical, el canto y la danza, de las artes escénicas, de la palabra hecha aire y hecha libro. Con el espíritu diverso del mercado en el cual se levanta, pequeñas góndolas exhiben y proponen lo más selecto de la producción creativa santafesina. Talleres literarios y pictóricos, encuentros de poesía viva en construcción, de cruces de disciplinas donde lo mismo se experimenta sobre cuerpos y materialidades inorgánicas y donde se socializa y se conmueve hasta las fibras más profundas de la risa o las lágrimas. Así el espacio de comunicación de TODA se convirtió en órgano vincular promotor de las relaciones humanas, el aglutinante de encuentros ansiados, abrazos amorosos, conversaciones íntimas, confesiones, declamaciones, miradas deseosas o medidas. Una familia.
Durante años se ha brindado y se sigue brindando sin estorbos, haciendo de cada inauguración, apertura, encuentro u ocasión, una fiesta. En el extremo de un gran salón poblado del variopinto mercadeo, el arte reina. Es el espacio ganado, el espacio trabajado, el espacio soñado, el espacio creado. El espacio TODA, donde la comunicación y el arte marcan las horas de un tiempo con sabor a plenitud.
Texto: Fernando Marchi Schmidt
Fotos: Gentileza Espacio TODA
Nombre de sección: Arte y comunicación
Edición: 76