Conoce 15 películas y cineastas que han recreado las escenas de tus obras de arte favoritas. ¿Las conocías todas?
Los préstamos visuales son una ocurrencia común en el arte, tanto así que existe una larga discusión de la delgadísima línea que separa el homenaje, de la imitación y la simple copia.
A pesar de lo difícil que puede ser diferenciar entre estos tres actos, lo cierto es que la influencia de obras maestras no puede negarse, en particular frente a obras cinematográficas cuyos directores suelen ser fanáticos del arte pictórico. Son ellos los que se encargan de recuperar composiciones afamadas —y a veces no tanto— y reproducirlas en sus filmes sin que la mayoría de las personas noten el parecido.
Vincent van Gogh, La ronda de los presos, 1890 en La Naranja Mecánica (1971)
Pintado durante su estancia en Saint-Rémy, muchos críticos han visto en esta pintura el enclaustramiento que van Gogh seguramente experimentó durante su estancia en el hospital psiquiátrico. Kubrick recuperó esta imagen en la adaptación de La Naranja Mecánica durante el encierro de Alex De Large en prisión.
Vincent van Gogh, Il caffè di notte, 1888 en Sed de vivir (1956)
Frida Kahlo, La columna rota, 1944 en El Quinto Elemento (1997)
Jean Paul Gaultier fungió como el diseñador de vestuario de esta película de Luc Besson. Él creó los looks espectaculares que aún permanecen en nuestras memorias, entre ellos el traje de vendas blancas que Leeloo muestra al inicio de su aparición en el filme. Gaultier nunca ocultó su gusto y admiración por Frida Kahlo, y en 1998 se inspiró en ella para su colección ready-to-wear, así que no sorprende la conexión entre la obra de la mexicana y el diseño del francés.
René Magritte, Georgette Magritte, 1934 en Malena (2000)
El pintor surrealista ha sido fuente de inspiración para más de un cineasta, entre ellos Bernardo Bertolucci, quien en el 2000 filmó Malena, con Monica Bellucci como protagonista. Una de las escenas más llamativas de la película hacen una referencia directa al retrato de la esposa de René, Georgette, en el cual se le ve con sus rizos pelirrojos y un cigarro entre los labios, después de cambiar su estilo y verse orillada a laborar como prostituta.
René Magritte, El hijo del Hombre, 1964 en El caso Thomas Crown (1999)
Se trata de un autorretrato del pintor belga que ha sido retomada hasta en Los Simpson. Sin embargo, una de las apariciones más memorables de este cuadro fue en la película de John McTiernan en la que no sólo la pintura figura, sino su personaje principal utiliza un traje y sombrero similar al del cuadro para poder escapar.
René Magritte, La robe du soir, 1954 en Moonlight (2016)
Si acaso no es uno de los usos más literales, aunque comparten a un sujeto de espaldas viendo al mar y sin camisa, en su significado metafórico, además del título de la película las dos obras indiscutiblemente se conectan.
Edgar Degas, Bailarinas atándose las zapatillas, 1883 en Nace una estrella (1954)
Degas es reconocido por los cuadros de las pequeñas bailarinas que intentaban ingresar a la Ópera de París y bailar para salir de la miseria, las cuales por lo general son observadas por alguna figura masculina, que por lo general solían convertirse en sus patrocinadores… una historia no tan disímil del filme.
Edward Hopper, Nighthawks, 1942 en Pennies From Heaven (1981)
Esta pintura no sólo se trata de una de las obras más destacadas de Hopper, sino que una de las más reconocibles en particular del arte estadounidense que decenas de personas han intentado localizar en Manhattan a pesar de que el lugar ya no exista. Herbert Ross reconstruyó una escena similar en la de Hopper para su filme. Ross no sería el único, la obra también figura en películas como The End of Violence de Wim Wenders de 1997 o Profondo Rosso de Dario Argento de 1976.
Gustav Klimt, El beso, 1908 en La isla siniestra (2010)
Esta gran obra del periodo dorado de Klimt ha llegado a la pantalla grande a través del filme de Martin Scorsese que Leonardo DiCaprio y Michelle Williams protagonizaron, si bien ninguno de los dos tiene oro, la paleta de colores y el uso de la iluminación sin duda recuerdan al beso que Klimt pintó. Por otro lado, las obras de Klimt de este periodo también han tenido su propia película con La dama de oro de 2015 que Helen Mirren estelarizó y para la cual se realizaron copias casi exactas de sus pinturas.
Jean-Auguste-Dominique Ingres, La Petite Baigneuse-Intérieur De Harem, 1828 en Passion (1982)
Godard no escatimó tiempo en escena para reproducir una de las obras del francés Ingres, quien destaca en particular por sus representaciones de las mujeres tomando el baño. En la película podemos ver cómo el movimiento de cámara va a descubriendo al resto de las mujeres, ya sea aquella en el interior de la tina, o las mujeres peinándose al fondo.
Jacques-Louis David, Napoleon Crossing the Alps, 1801 en Maria Antonieta (2006)
La escena que Sofia Coppola nos ofrece casi en cámara lenta de Napoleón entrando al encuadre y haciendo que el caballo adopte la misma pose que el cuadro es inconfundible y resulta sencillo identificar lo que la directora tenía en mente cuando decidió homenajear o inspirarse en este cuadro.
Sandro Botticelli, El nacimiento de Venus, 1480-1486 en Las aventuras del Baron Munchausen (1988)
El nacimiento de Venus es una de las obras más reconocidas en la historia del arte, por lo que es imposible no reconocer de dónde provino la inspiración de Terry Gilliam para Las aventuras del barón Munchausen, en particular cuando la concha de mar se abre de par en par y podemos ver a una joven Uma Thurman en la misma pose.
Leonardo da Vinci, La última cena, 1498 en Vicio propio (2014)
La última cena es una de las obras de arte que más personas han intentado reproducir por lo sencilla que es su disposición así como lo universalmente conocida que es, así que a pesar de que Paul Thomas Anderson le dedica escasos minutos a la formación de esta imagen, son suficientes para que su personaje pueda fotografiar a este grupo de personas a lo largo de una mesa al mero estilo de da Vinci.
John Everret Millais, Ophelia, 1851-1852 en Melancolía (2011)
La pintura de Millais se basa en la Ofelia de Hamlet, enamorada del personaje de la obra de Shakespeare que termina por quitarse la vida. Si acaso ésta es una de las representaciones más famosas del acto. La imagen fue recuperada por Lars von Trier en una cinta que si bien puede pecar de ser demasiado larga, cuenta con imágenes muy bellas.
¿Las reconociste todas?
Fuente: Cultura colectiva.