El calor santafesino puede ser agobiante para un visitante desprevenido. María Celeste Nasimbera nació y vivió hasta los 18 años en esta ciudad y sabe de sus tórridas jornadas. Un abanico acompañó su hablar enfático en la charla que, Crónicas de Moda, brindó en Diseña Santa Fe. Días después, en otra tarde de temperatura elevada, nos reunió la entrevista. La idea: conocer a esta periodista santafesina radicada en Buenos Aires, ideóloga de una página que promueve y muestra el diseño nacional emergente.

Al finalizar la secundaria Celeste decidió estudiar comunicación social en la UBA. Con la carrera surgió su interés por el cine. “El currículo de la facultad tiene un back up de data muy bueno. A partir de la historia del arte tradicional llegué a conocer movimientos fílmicos”. Estudió crítica de cine en el instituto de la publicación El Amante. “Fue un prime

r acercamiento al análisis de la imagen. Hoy me dedico al periodismo de moda y de diseño. Todo mi trabajo tiene que ver con la imagen”. De entonces, conserva su pasión por Hitchcock y un

 

a admiración superlativa por Sofía Coppola. “Si tuviera que elegir un personaje vivo para entrevistar, sería ella. Es una mujer que me parece fascinante, con un gran manejo de la estética, lo femenino y el feminismo. Es un signo de época.”

¿Cómo llega la moda a su profesión? “Siempre me gustó la pilcha, mirar los estilos de las personas, la idea del vestirse. No se me había ocurrido otra posibilidad de esta

 

r en moda más allá del diseño y yo no quería ser diseñadora sino trabajar en medios”. Con la intención de entrecruzar moda y periodismo, comenzó a buscar información. “En ese momento, estaba muy en auge el análisis social de las tendencias de pasarela. Yo ya tenía la base teórica y pensé que estaría bueno hacer ese

 

linkeo”.

Desde una semana de la moda en Río de Janeiro, Celeste ofreció su escritura a 90+10, publicación especializada que disfrutaba como lectora. “Fue la primera nota profesional que firmé. Todo un logro”. Tiempo después, otra propuesta marcó el inicio de una relación formal con la revista. “Les escribí y dije que necesitaban una cobertura de BAF Week más cercana, entre desfile y publicación. Lo aceptaron y me llamaron. Veía a diario entre 5 y 7 desfiles, y a la mañana siguiente mandaba una nota sobre eso con un hilo conductor”. Pasó a ser colaboradora de moda y llegó a estar a cargo del sitio. Se desempeñaba en Distrito Arte cuando la convocaron de Harper’s Bazaar, en donde trabajó para las versiones papel y digital, hasta su cierre en 2017. Con esa “gran experiencia periodística” llegó a ciudades europeas y a colecciones como las de Galliano, Dolce & Gabbana, Hermès o Chanel. “Fue muy interesante en términos de escritura. Cubrir una semana de la moda o desfiles internacionales da una noción muy clara de la industria”.

Desde 2015, Celeste tiene su propio medio, la publicación con soporte digital Crónicas de Moda. Ella misma gestó el proyecto, en el que puede encontrarse lo que clama visibilidad y los grandes medios no reflejan. Con un equipo formado mayoritariamente por mujeres, Celeste reivindica el lugar del género en el periodismo. En un repaso por su trayectoria afirma: “Siempre tuve mujeres fuertes a cargo de la situación”.

Con Crónicas de Moda y la consultora Hilandera, la comunicación es su herramienta de trabajo y un tema que maneja muy bien. “Es un momento de transición. Pasamos de lo analógico a lo digital. La comunicación en redes es muy importante pero no lo es todo. Hay información falsa y mucho ruido. Estamos navegando en aguas muy movedizas. Es un momento de quiebre, de cambio de paradigma”. En cuanto a su ámbito específico, explica: “nosotros empezamos a pensar nuestra moda hace muy poco. Durante todo el siglo XX, la idea era viajar a Paris y comprar o referenciar lo que pasaba afuera.” Subraya lo reciente de la carrera universitaria de diseño y del lanzamiento de las marcas propias de sus egresados. “Si la moda pensada desde nosotros es algo muy nuevo, comunicarlo también”.

Frente a los prejuicios, Celeste celebra a la moda como una expresión social. “No creo que haya que vestirse de una determinada manera, ni que el periodismo de moda esté para determinar eso. Me parece bueno que la mujer encuentre en la moda herramientas para sentirse más cerca de lo que quiere transmitir. Creo en una relación con el vestir más cercana al deseo que a la imposición”. Desde la idea de mujer adorno ha transcurrido un largo devenir, con el adiós al corsé y el triunfo del pantalón como hitos. “Hay una coherencia entre los avances de la mujer y cómo queremos vestirnos”. Pero el camino no está concluido ni todas las batallas ganadas. “Queda un montón de cosas por hacer. Todavía hay un feminismo por construir alrededor del vestir”.

 

Texto: Julia Porta

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