A partir de las experiencias de investigación en ciencias sociales y como escritora de textos académicos, Cecilia Rugna gestó esta propuesta de acompañamiento en la escritura de tesis. Un Plan B para empezar, continuar o concluir ese texto tan ansiado.
Licenciada y profesora de Historia, además de Magíster en Ciencias Sociales, Cecilia tiene con qué abordar la lectura y la escritura de textos académicos. Sin embargo, lejos de quedarse anclada en las destrezas metodológicas y técnicas, transita un camino en el que también se cruzan sus exploraciones artísticas y sus experiencias. La construcción de su bitácora personal es diversa, interdisciplinaria, y desde allí recorre los diferentes costados que tiene el territorio común del lenguaje. Desde allí, también, acompaña: «Escribir una tesis es un trabajo descomunal y mucha gente lo encara sin estar acompañada, noté que allí había una necesidad».
TS —¿Y podés trabajar con tesis de cualquier carrera?
CR —Hay una lógica que permite que pueda acompañar los textos por más que no venga de la disciplina. Siempre propongo que tengan su dirección de tesis, porque es irremplazable para aportar un marco teórico, pero la persona que dirige muchas veces no sabe tanto sobre metodología o la lógica de cómo ordenar un texto. Mi premisa es que la tesis es un texto y debe respetar criterios de coherencia que yo como lectora y editora puedo ayudar a construir.
TS —¿Fue también una necesidad vivida en carne propia en tu etapa de estudiante?
CR —Un poco sí, porque se pide que todo el mundo haga tesis, pero no hay ni metodología ni talleres de escritura. Por eso propuse a la UTN que hagamos un taller y nos sentemos a escribir textos académicos. Por otro lado, siempre busqué que mis textos, además del rigor científico, estuvieran bien escritos. Cuando presenté mi tesis de licenciatura, que dirigió Darío Macor, se hablaba sobre qué linda que estaba escrita y eso para mí es fundamental.
TS —¿Cuál es el principal divorcio y cuál el principal encuentro entre la escritura académica y la escritura literaria?
CR —Una de las grandes diferencias con respecto al texto literario es que el texto académico exige que se muestren las costuras. Todo el tiempo hay que decir por qué se llega a cierta conclusión, cómo se construye la idea que se expresa. Y hay una mayor distancia de quien escribe con respecto a lo que mira. Sin embargo, también hay experiencias que quiero explorar de gente que escribe en ambos registros, como Luciana Strauss, socióloga y autora de la novela El ente, o la misma Maristella Svampa. Existen cruces interesantes y yo uso muchos recursos del texto literario para pensar la escritura del texto académico. En definitiva, ambos son textos.
TS —¿Dónde reside lo plástico y dónde lo rígido en tu método de acompañamiento? Quiero decir, a qué aspectos se debe circunscribir sí o sí la persona que acude a tus servicios y en qué aspectos es el método el que se adapta a cada persona.
CR — Lo que no negocio es escribir para alguien. El acompañamiento es una instancia más de aprendizaje y trato de hacer que mis comentarios y observaciones hagan crecer el texto, pero no lo escribo. Sí hay fragmentos que se pueden escribir a cuatro manos, cuando me doy cuenta de que es la forma de mostrarle al otro algo que no está viendo. Porque una de las claves es ésa: el otro a veces no ve algo que yo ya tengo incorporado por la experiencia, que es pensar un texto en su integralidad. En cuanto a lo plástico, creo que ahí juega el rescate de la bitácora personal de quien escribe, rastrear en ella para encontrar un tema que lo movilice y que, de alguna manera, le toque el corazón y lo motive a escribir. Yo creo que todo el mundo tiene algo para aportar, y la tesis puede ser el vehículo de ese aporte. Como hay personas que desarrollan una práctica durante muchos años, con un método —tal vez no escrito, pero método al fin— que se puede sistematizar a través de la escritura para ser compartido.
TS —En este último ejemplo encuentro el núcleo de tu otra propuesta de acompañamiento, aparte de Plan B, que es «Escrituras on Demand»: una invitación a concretar un proyecto a través de su sistematización. Y esa definición, esa transformación de la idea en acciones concretas se realiza a través de la escritura. Pregunto parafraseando: ¿escribir es poder?
CR —Creo que sí. Además, cada vez descubro más lo que puede la escritura. En este caso particular, habría una divergencia con lo que se sostiene en la escritura de tesis, donde uno escribe lo que sabe. «Escrituras on Demand» funciona más en la lógica de una frase de Focault que dice: «Me pongo a escribir porque no sé lo que voy a decir, escribo para saberlo». Sería escribir para saber, para conocer, para revelar.
TS —Y vos, hoy ¿qué estás escribiendo?
CR —Yo te escribo todo (risas). Escribo reflexiones sobre lo que voy aprendiendo de Plan B, una sistematización, porque trato de ser consciente y registrar todo lo que va pasando, que es denso y es lindo. También escribo poesía y teatro.
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Texto: Mariano Peralta
Fotos: Ignacio Platini
Estilismo: Mariana Gerosa
Nombre de sección: Gestiones editoriales
Edición: N° 84