El amarillo es, junto al azul y al rojo, uno de los colores primarios; un color puro y el más claro de todos los colores vivos. Tan contradictorio como apasionante, el color del optimismo y de la luminosidad.
Nuestra experiencia más directa con el amarillo es el Sol y, como color del Sol, nos serena y anima. Amarillo radiante es divertido, infunde y representa ideas de alegría, el oro ansiado por muchas civilizaciones, cotidiano para otras.
Tan vibrante como controvertido, en su combinación con los neutros, otorga una delicada sofisticación que hace que su elección se cada vez más aceptada en los diseños contemporáneos o de vanguardia.
Este dormitorio en suite, que documentan las imágenes, fue la elección precisa al momento de logar acentos de contraste y equilibrio.
Una estética que se emparenta con lo industrial,con una reminiscencia cercana al SoHo Neoyorquino, comunica las intenciones de este espacio con materialidad marcada.
Madera, cemento, piedra, vidrio y metal son la inspiración que refleja la gigantografía, utilizada como respaldo de cama y que cubre todo el muro. Es notable la gran calidad de productos que proponen texturas y colores similares a las naturales para ayudarnos, al momento de proyectar, a ser responsables y tener una visión sustentable; materiales resistentes semejan ser mármoles, maderas, telas, un mundo de posibilidades ala hora de crear diseños de calidad sin perder de vista el medio ambiente.
Ladrillos de vidrio rescatados de la cáscara arquitectónica nos dan esa conexión con los años 80, furor de los loft que nos contaban aquellas películas americanas. Papel, que imita piedra mampuesta, para conectar con el puente que muestra en primer plano la imagen. Melaminas simil cemento alisado, combinadas con estructuras en acero, componen casi todo el mobiliario de líneas rectas y puras.
Los textiles marcan la diferencia, texturas distintas que se complementan y se contraponen. Es aquí, donde el amarillo vibrante hace su aparición para generar su juego de contrastes; almohadones especialmente diseñados y fabricados a mano, para lograr un juego de triángulos,que toman como referencia algunos diseños italianos de los años 50. Su oposición con el negro, los grises e incluso con el blanco lo potencia.
El resultado: un espacio de personalidad única, que sin dudas responde a gustos personales de los comitentes, con aires masculinos y cosmopolitas.
He aquí la importancia de poder analizar los espacios interiores, más allá de las tendencias que son producto de la cultura global, siendo la responsabilidad del profesional rescatar las identidades de los comitentes, independizarse de este supuesto reinado de estilismos y modas que se imponen sobre las condiciones de habitabilidad de los espacios arquitectónicos. El entorno no es una hoja en blanco, el contexto de cada persona aporta signos legibles a la hora de pensar un diseño interior.
El desafío de un proyecto de interiorismo, entonces, va mas allá de contextos físicos representados por tipologías o elementos arquitectónicos; supone un compromiso intelectual, sustentado en un discurso coherente, tanto del diseñador como de los futuros habitantes de esos espacios.
La elección del amarillo también tiene que ver con un discurso; en el mundo de la moda se considera un color pasajero y no tan agradable, sin embargo, para oriente es el más bello de los colores, representa la sabiduría y la fuerza de la vida, para ellos es el color masculino por excelencia, que adquiere fuerza y complementa con el blanco o el negro considerados sus polos femenino, el principio y el fin de todas las cosas,elementos un mismo ser.
Amarillo color difícil para la mayoría de los diseñadores, de atención para otros, un tanto impertinente y presuntuoso, espontaneo e impulsivo, agudo y con mucha personalidad, elegirlo como elemento de un proyecto puede lograr subjetivar el resultado y hacerlo brillar de creatividad.
Texto: Gustavo Wedertz
Nombre de sección: Interiorismo
Edición: N° 72