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El cuerpo muere, el alma no. Lo que hoy somos se lo debemos a alguien ayer.

Ricardo Dupuy escritor santafesino, de ardua trayectoria en Educación y Derecho, tras varias publicaciones catedráticas, decide incursionar en ficción por medio de “El Reencarnacionista. Testigo del viaje del alma”. Nominado en el Concurso de Literatura Fantástica en Santader, España, despertó el interés de Editorial Los Cuatros  Vientos y hoy, a pocos meses de su lanzamiento, se encuentra en camino a su segunda edición tras la exitosa demanda de los primeros mil ejemplares.

dscn6583_resultDupuy, por medio de su obra, propone comenzar dudando, pero avanzar y agudizar la percepción, para entender que la evidencia sobre el misterio que justifica haber nacido es contundente. Ricardo, cordialmente, nos recibe en su espacio de inspiración, conexión y creación para contarnos un poco de su historia y de la historia que nos convoca a su encuentro.

 

TS –  ¿Cuánto tiempo te llevó armar el libro?

RD – Escribirlo me llevó dos meses, pero en la cabeza lo tuve varios más. Y me sorprendió que el final surgió de un momento para otro, sinceramente nunca pensé que iba a terminar donde terminó, nunca pensé que la cosa iba a evolucionar de esa forma. Cuando empecé a escribir la historia, aunque parezca raro, hay detalles que no sabía por qué estaban dados así y, sin embargo, hicieron al desenlace.

TS – ¿Por qué comienza en Rosario?

RD – Porque en Rosario había surgido la historia de un vagabundo que llamaba mucho la atención, que vivió mucho tiempo en el Bv. Oroño y que de pronto hubo una persona que empezó a investigar, y resulta que el tipo era un ingeniero, un tipo con un bagaje cultural importante, que había optado por la calle. Había tenido un accidente y perdido su familia. Eso me marcó un poco y a partir de ahí comencé a construir la historia. El ciruja fue mi disparador.

TS –  En la obra no hay conflicto interpersonal, siempre el conflicto está dado en cada personaje consigo mismo. ¿Por qué?

RD –  El personaje refleja un poco lo que soy yo, en realidad yo siempre suelo decir que el que lee me conoce, sabe quien soy más allá de la máscara de abogado. Yo creo que los conflictos empiezan por adentro.

TS – ¿Sos católico?

RD – Sí, se puede decir que sí, no soy muy practicante, como Miguel Tobar, el protagonista,

TS – ¿Creés en la reencarnación?

RD – Absolutamente. Investigando y sin ser un académico del tema. Si vos empezás a investigar cuestiones que tienen que ver con el catolicismo, con el judaísmo, aparece la  reencarnadscn6566_resultción en los dogmas. Que después, por otras cuestiones, como lo plantea la novela, se haya querido ocultar es otra cosa. Pero hay muchas pruebas, incluso cuestiones científicas. Cuando uno empieza a investigar se da cuenta de que es una realidad.

TS – ¿Estás escribiendo algo?

RD – Si, estoy intentando seguir con este tema, no es la segunda parte de este libro, porque el final quedó como que estoy preparando algo. A mí me gustan las novelas donde en las segundas partes en realidad se cruzan algunos personajes y voy a ver si puedo cruzar alguno de estos personajes. Estoy escribiendo sobre el camino de Santiago.

TS –  ¿De Compostela?

RD –  Sí, yo hice el camino de Santiago en el 2010 y realmente fue una experiencia muy mística y me gustaría enganchar y profundizar porque yo fui con una carga de estos temas. En el Camino de Santiago se palpa algo medio particular, yo lo hice solo, 10 días caminando solo, y te conectas con cosas que a lo mejor son un po
co inexplicables, quizás para el común de la gente suene un poco extraño.

TS – Sí, muchas veces es extraño encontrarse con uno mismo también.

dscn6563_resultRD – Seguro, lo que pasa es que la clave, desde la época del buda, sigue siendo el silencio, la introspección. A lo mejor el tiempo moderno no lo permite, pero la clave sigue siendo eso. Yo creo que por algo se teje tanto poder en torno a la televisión, en torno a los medios de comunicación. Yo no creo que haya una teoría conspirativa, pero en realidad hay toda una distracción que nos hace salir de eje.

TS – ¿Pensás en tu propia muerte?

RD – Sí, sé que no voy a morir en Argentina. En algún momento me asustaba, pero hoy en día no. Me asusta dejar mis hijos, tengo dos hijos chiquitos, que se yo, a uno lo tortura pensar que no los va a ver más, que no los vas a ver crecer, que no los vas a ver tener familia, pero es el destino. Y aparte, yo creo que la muerte fue mal planteada, en realidad la muerte es un paso más, no es el fin de nada.

TS – ¿Pensás que estamos encaminados para esa madurez espiritual?

RD – Sí, creo que no podemos zafar. En algún momento de mi vida estuve en política y en algún momento le decía a un gobernador que yo creía que hace mucho tiempo el gobernante era el más fuerte, gobernante guerrero, después la historia evolucionó a tal punto que tuvimos gobernantes inteligentes y tenemos que llegar a una etapa de gobernantes sabios, que nos falta todavía, pero vamos hacia eso. La gente reclama sabiduría, aunque sin decirlo de esta forma, pero la gente reclama sabiduría. Me parece que a esas cosas vamos en camino, indefectiblemente, aunque se vea todo turbio, porque nuestra vida es muy corta, en estos cuerpos es corta y por ahí no alcanzás a ver la historia completa. Pero vamos hacia eso, no podemos zafar. Eso es la evolución.

TS – ¿Hay tiempo para todo entonces?

RD – Absolutamente, hay tiempo para todo, hay mucho tiempo.

 

CRÉDITOS: Marcelo Jorge

FOTOS: Cecilia Páez