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Una novela de vacaciones

Rosa, otoñal y refrescante para un tórrido y rojo verano.

“Una novela rosa que se las trae…”, dice la autora. Y continúa “No es una novela de género: el varón que la lea puede conocer más agudamente el mundo femenino, pero también la mujer, el universo masculino. A la vez, está el desafío de descubrir cuánto tenemos cada uno del otro género”.

SAM_0989A nuestro entender, lo que da más pistas para el lector es el texto de su contratapa: “Una cadena de coincidencias afortunadas y desafortunadas, simulaciones y equívocos, aparentemente mágicos, disparan un relato apasionante y el juego errático de personajes que, sin esas señales cósmicas, nunca hubieran podido encontrarse. La teoría jungiana de la sincronicidad subyace en todos los vericuetos de estas historias de amores imposibles y mandatos poderosos. Aunque se encuadre claramente en el género narrativo, esta novela reúne, al mismo tiempo, el estilo epistolar y el poético, en una síntesis de alta y conmovedora belleza, sin sustraerse de los acontecimientos históricos.

La autora repite aquí sus habituales recursos que ya son un sello de su novelística: el suspenso, la sospecha, la ambigüedad, la confusión, la sorpresa por lo que la crítica destaca sus novelas como de lectura francamente adictiva.

Al mismo tiempo, Carmen Úbeda nos anunció que está en galera la segunda parte y allí no quedan dudas de que “se las trae” sólo con el título “Del rosa al negro”.

Especial para vacaciones: relativamente corta, atrapante y, al mismo tiempo, de una especial estética. Su lectura resulta fluida, con un atractivo que puede conmover los días de descanso.