Fue una de las creadoras más icónicas y críticas de la moda, quien supo desafiar a la industria con su genio y talento.
La reconocida diseñadora de moda británica Vivienne Westwood, que murió en la noche del jueves 29 de Diciembre a los 81 años, fue despedida en las redes por los representantes del ambiente que se mostraron conmovidos por su muerte.
Desde Marc Jacobs a Claudia Schiffer, el mundo de la moda se mostró conmovido por la muerte de Westwood. «Sigo aprendiendo de tus palabras y de todas tus extraordinarias creaciones», escribió en Instagran Jacobs, íntimo colaborador y amigo.
Westwood inventó el movimiento New Romantics, hizo desfilar a la modelo Naomi Campbell en la pasarela con un cono de tráfico y apareció sin ropa interior en un encuentro con la reina Isabel II, recuerda en su necrológica la BBC. Para ella, la moda era un arma, sabía que la ropa hacía que la gente fuera sexy pero su objetivo era destruir las convenciones y hacer un mundo mejor.
«La obsesión de Vivienne Westwood era cambiar nuestra costumbres cambiando el mundo», resumió a la AFP el célebre estilista francés Jean-Charles de Castelbajac. «Su fuerza era que no solo hablaba de moda, sino de conciencia, su último combate fue por las condiciones de vida de Julien Assange», recordó. Westwood había diseñado el vestido de novia de su esposa, Stella Assange, que también la homenajeó en Twitter.
Vivienne Isabel Swire nació el 8 de abril de 1941 en Tintwhistle, Derbyshire como la mayor de tres hermanos. sus padres obreros la animaron a hacer manualidades pero estaban desconcertados por su adicción a la lectura, al punto que una vez le pagaron para que destruyera su carnet de la biblioteca, contó la diseñadora en más de una entrevista. Y de esa experiencia artesanal obtuvo una confianza excepcional: «honestamente , a los cinco años podría haber hecho un par de zapatos», dijo a la prensa en alguna ocasión.
Se recibió de maestra, se casó con Derek Westwood, aprendiz en una fábrica, se hizo su vestido de novia y las joyas usó un año antes de que naciera su primer hijo y cuando su hermano le presentó a un compañero de arte de 19 años ocurrió el encuentro que cambiaría todo. Era Malcom McLaren, genio autoproclamado y padrino del punk. Se mudaron a un pequeño apartamento en Clapham, tuvieron un hijo e iniciaron una revolución cultural que sacudió al mundo.
Hijo de una prostituta criado por una abuela que tenía por lema «ser bueno es aburrido», McLaren no vio al hijo en común con Westwood hasta seis días después de que hubiera nacido, se negó a que lo llamaran papá, amenazó con llevarlo a un orfanato cuando le pidió compartir gastos y mientras ella vivía en una casa rodante en Gales se casó con estudiante de arte. La infancia de la diseñadora había sido feliz pero también un desierto cultural y McLaren la despertó en el arte y en la música, con lo que ella retomó la relación.
Ultra politizada y comprometida con el medio ambiente, la asociación de derechos de los animales Peta la recordó como «eco-guerrera», una de las primeras en renunciar a las pieles de animales en sus diseños. «La reina indiscutible de la moda británica», tuiteó Boy George; y la exSpice Girl Victoria Beckham lamentó la partida de una «creadora y activista legendaria». Stella McCarney la rememoró como quien «inventó el punk».
En los 70 de los Sex Pistols en Londres Westwood abrió una tienda en Kings Road inspirada en su estética llamada Let It Rock (deja que se estremezca) primero, Too Fast To Live, Too Young To Die (demasiado rápido para vivir, demasiado joven para morir) después, y finalmente Sex. Las chaquetas con la esvástica que vendía eran, explicó, «el sexo traducido en moda convirtiéndose en fetiche», «la encarnación de la suposición de inmortalidad de la juventud». Todo eso fue parte del punk, movimiento popular que McLaren dijo haber convertido en un truco de marketing, aunque ella lo entendía insurgencia juvenil contra el viejo orden mundial.
Trabajando con una máquina de coser en casa, Westwood unía piezas usando su cuerpo como plantilla e inspirada en Gary Ness investigó la historia de la moda, la reelaboró y desafió al mundo de la alta costura. Los Pistols la acusaron de abandonar el punk , estuvo casi en bancarrota y logró una fortuna. En 1989, la influyente publicación Women’s Wear Daily la calificó como una de las seis mejores diseñadoras del siglo XX, la única mujer entre Armani, Lagerfeld y Saint Laurent, por diseñar ropa que subvirtió la moda que históricamente había sometido a la mujer, remeras carísimas con eslóganes políticos profanos, entre otras cuestiones.
Se volvió a casar con un estudiante de moda austriaco que tenía la mitad de su edad. Andreas Kronthaler y formaron una nueva asociación creativa. La tienda que abrió en Kings Road todavía funciona. Ahora se llama Worlds End (fin del mundo).
Fuente: TELAM