«En mi vida es muy importante ser parte de proyectos colectivos»

Carolina Piedrabuena integra los equipos técnicos que diseñan el programa de gobierno que el diputado Maximiliano Pullaro prepara de cara a las elecciones provinciales 2023. Madre de Francisco y Carmela, de marcada tendencia radical, con amplia experiencia en la gestión de la administración pública y el área de educación, Carolina considera que la clave de la participación femenina en política pasa por animarse a involucrarse y crear espacios entre pares. En esta nota, repasa su trayectoria política, realiza un análisis de la actualidad y traza líneas mirando al futuro cercano.

TS —¿Cómo fueron tus comienzos en la política y cómo influyó la tradición familiar de militancia en el radicalismo?

CP —Mi papá y mi mamá, Eduardo y Edith, fueron militantes de MURA (Movimiento Universitario Reformista Auténtico); lo que marcó profundamente la ideología familiar. Mi papá fue concejal dos veces. Siempre rescato su permanente vocación de diálogo, sobre todo con aquellos que pensaban distinto. Fui construyendo mi identidad política en torno a esas experiencias y después, en la universidad, Franja Morada. Yo elijo al radicalismo por tres pilares: libertad, igualdad y educación; ejes que también encontré en la universidad pública. La inundación de 2003 implica un punto de inflexión en mi vida militante. Fue un momento que me movilizó mucho, sobre todo, por la ausencia de planificación, de una respuesta. Ahí ves cómo la política es la que define y transforma efectivamente. Si la política hubiese funcionado, no habría existido la necesidad de que un grupo de jóvenes tuvieran que asumir el rol que le correspondía al Estado.

TS —¿Cómo evaluás tu experiencia de gestión pública?

CP —Mi experiencia en el Ministerio de Economía me dio una base formativa muy sólida acerca del funcionamiento del Estado. Por Economía pasan todas las áreas de gobierno: Salud, Educación, Desarrollo Social, Seguridad. Ahí empezás a entender el funcionamiento del Estado en su complejidad. Estuve al inicio de la gestión de Hermes Binner; trabajaba con Julio Schneider, que era el secretario de hacienda. Posteriormente, fui convocada para el cargo de secretaria privada del secretario de gobierno de la municipalidad, lo que me permitió estar en lugares que articulan con distintas áreas. De esta manera, aprendí a visualizar el Estado desde diferentes perspectivas, lo que resulta fundamental a la hora de gestionar: hay que saber cómo funciona el conjunto para poner en marcha las políticas públicas.

Luego, con mi hijo recién nacido, me convocaron para ser subsecretaria de administración del Ministerio de Educación; y yo, que lo conocía por mi trabajo en Economía, acepté con el miedo normal del desafío de asumir algo tan enorme. Ahí comprendí lo que significa transformar, construir  una escuela, que los niños y niñas tengan acceso a la escolarización. Fue una experiencia maravillosa porque me tocó ser parte de un gobierno que puso a la educación como prioridad. Después me convocaron para ser secretaria de hacienda de la municipalidad, que también fue un desafío muy grande en un contexto extremadamente difícil. Fue una experiencia muy enriquecedora.

TS —¿Y qué balance hacés de tu participación como candidata a diputada y senadora nacional?

CP —Ser candidata, representar una propuesta, siempre implica un desafío personal y colectivo al mismo tiempo; y, en ambas oportunidades, el balance es altamente positivo. Cada experiencia me permitió aprender mucho y crecer, formarme no solo como militante política, sino principalmente como persona.

TS —¿Cómo llegás a tu actualidad participando de los equipos técnicos de Maximiliano Pullaro y Martín Lousteau?

CP —Actualmente trabajamos con Maxi en el armado del programa de gobierno, con las prioridades puestas en educación, seguridad y producción como ejes vertebradores de políticas transformadoras de la vida de los santafesinos. Favorecemos la escucha junto con la experiencia que traemos de la gestión pública, para plantear prioridades reales que se vuelquen en la gestión. Particularmente, me aboqué al programa de educación porque realmente me interesa.

A nivel nacional, participo de la Fundación Porvenir de Martín Lousteau. Estamos trabajando de forma integrada con los equipos técnicos de la Ciudad de Buenos Aires y de distintas provincias. Hay que tener un proyecto a nivel nacional en el que la educación sea una prioridad. Muchas veces no se trata de tener mil propuestas, sino de saber cuáles se van a llevar a cabo en el corto, mediano y largo plazo. Después de la pandemia, la educación empezó a estar en boca de los docentes y las familias, lo que nos lleva a aprovechar el momento y poner estos temas sobre la mesa. Lo que está pasando es grave: hay una crisis sostenida y los resultados están mostrando números que duelen. Siete de cada diez chicos santafesinos no alcanzan los niveles satisfactorios de lengua. Cuando hablamos de futuro, tenemos que pensar en este presente que nos demanda una gran responsabilidad.

Además, desde hace muy poco, formo parte de la Fundación Alem de la Unión Cívica Radical.  Ese es un camino que recién empiezo a andar.

TS —Con respecto a la realidad actual, ¿qué diagnóstico tenés del estado de la educación a nivel provincial y nacional?

CP —Hay que estar presente en las escuelas porque muchas veces cargamos sobre los docentes una mochila muy grande ante tantos problemas de la sociedad. Ellos son indispensables para lograr una transformación educativa. Hay que acompañarlos para garantizar la educación de calidad de los chicos. A nivel provincial existe una falta de gestión absoluta, un ministerio que les comunica a los docentes a través de los medios si se evalúa o no, o cuando van a terminar las clases; y la comunicación en un sistema que necesita cotidianamente de eso, es fundamental. Hay una clara falta de gestión en infraestructura y, en cada escuela a la que vas, te encontrás con que no responden a las demandas mínimas. Sumado a eso, hay temas que entendemos que tienen que ser prioridad: la cantidad de días de clases, la calidad de la educación y que pueda ser evaluada. La provincia no tiene evaluaciones propias. La última publicación de estadísticas educativas es del 2018. No hay transparencia en los datos.

TS —¿Cómo ves la candidatura de Maximiliano Pullaro a gobernador y cómo estás trabajando en ese proyecto?

CP —Quiero ser parte de un proyecto político que gobierne la provincia y el país, que garantice estos derechos que vemos vulnerados. Maxi está liderando un proyecto político junto a otros dirigentes de mi partido y otros espacios; como el presidente de la UCR, Felipe Michlig. Maxi encarna el proyecto que nosotros soñamos: devolverles a los santafesinos la posibilidad de vivir en libertad, igualdad e inclusión. El Estado tiene que brindar herramientas que garanticen que todos tengamos oportunidades y que la educación esté presente. Para mí es muy importante ser parte de proyectos colectivos: te permite aportar, construir, ampliar y eso te llena de felicidad y satisfacción. A nivel nacional, el radicalismo está en un momento en que todas las líneas internas están pensando y trabajando para ser parte de una gestión. Nosotros no improvisamos: estamos llegando con la escucha activa y un programa de gobierno.

TS —¿Cómo vivís tu experiencia personal como mujer, madre y política?

CP —Para las mujeres no es fácil hacer política. Muchas tenemos menos obstáculos que otras, pero igualmente es difícil porque existe un marcado machismo en casi todas partes. Cuando las mujeres nos juntamos en distintos ámbitos, tejemos redes, nos ayudamos, contenemos, nos entendemos. Como mujer en la política, busco que podamos llegar juntas. Hay una frase de Florentina Gómez Miranda que dice que cuando una mujer entra en política, cambia la mujer; y si muchas mujeres entran en la política, lo que cambia es la política. Mientras más mujeres nos involucremos y más tengamos voz, vamos a lograr transformaciones. No es fácil: está la mirada del otro hacia cómo nos vestimos, cómo estamos, qué decimos. Participo en un espacio político en el que las mujeres tenemos poder de expresión y decisión. Ese es un cambio que se está dando más rápido y naturalmente, a fuerza del empuje que muchas pusieron y ponen actualmente. Y tener hijos para mí es lo más hermoso que me pasó en la vida. Siempre me defino primero como mamá de Francisco y Carmela. También elegí una pareja, Sergio, con la que somos justamente eso. Tratamos que esos roles, históricamente muy identificados con las mujeres, pierdan esas barreras. Hacer política también es un desafío para la pareja.

 

Texto: Juan Almará

Fotos: Ignacio Platini

Dirección de arte: María Virginia Platini para Estudio Fotográfico «Mario Platini»

Estilismo: Mariana Gerosa

Nombre de sección: Perfiles

Edición: N° 91