Guastavino 009

 

La lucidez de la sabiduría hace del diálogo una instancia de permanente aprendizaje. Norma Guastavino, con su amplia trayectoria nos lleva por el recorrido de su camino de cielos oníricos, pájaros azules, indefinidas figuras reflejadas, límites intangibles y ángeles de ensueños. Responde cada pregunta como una perfecta composición sobre el lienzo, develando en pinceladas su pasión tanto por las artes como por la vida misma.

TS- ¿Cuál es el recuerdo de tu primer contacto con la pintura?

NG- Yo recuerdo que siendo muy pequeña, teniendo cinco años, más o menos ya tomaba el lápiz para hacer dibujitos con secuencias. Lo hacía como todo niño, para jugar. Porque, finalmente, creo que nosotros los artistas no perdemos esa necesidad de jugar, y esa forma de jugar es también es una forma de expresar nuestros sentimientos y nuestro yo interior que queremos que llegue a otros; primero para nosotros mismos, y luego para los demás. Esa es la forma de expresarnos, así comencé.

TS- ¿Vos comenzaste tu carrera en Buenos Aires?

NG- Claro, yo me casé ni bien terminé el secundario y ahí nos fuimos a Chile porque mi marido era secretario de embajada. Vivimos en Chile, la vida allá era para ver arte, nada más. Cuando tenemos que volver, yo ya pintaba amateur. Gente amiga, al verme joven, me dijeron es una lástima que hagas una cosa que es copia. Como muchos hacen ahora, copias de fotos, y entonces me inscribí en un taller de Raúl Monsegur, un artista conocido en Buenos Aires en ese momento. Después, nosotros a raíz de accidentes de familia, nos vinimos a Santa Fe,  y estudié con Supisiche.

TS- ¿Cómo fue ese proceso de aprendizaje?

NG- Supi no tenía egoísmo para enseñar, así que toda la parte técnica él me la enseñó. Lo que yo pretendí, a través del tiempo, es desarraigarme, porque antes los maestros enseñaban mucho, pero querían que los alumnos salieran pintando como ellos. Entonces uno tenía una carga muy grande, una carga que es difícil sacarla porque influye y la visión se va acomodando de acuerdo al criterio de ellos. Y después cuesta, que es lo que siento bien yo en la actualidad, los maestros ya no son tan imperativos, no son tan duros con el alumnado, los dejan trabajar más libremente, sacar de sí sus conocimientos, es decir les dan las bases para el lenguaje.

TS- Las herramientas técnicas.

NG- Exacto, y luego cada uno sale por su lado. Encuentra, o no, su camino, pero lo intenta. Eso es lo que yo encuentro de bueno en la actualidad y que quizá no tuvimos nosotros. Fue muy fuerte despegarme, porque yo no hago nada de lo que hacía Supi. Yo lo admiraba mucho, y tengo obras de él, pero pretendía hacer lo mío. Me arriesgué, porque esto era más seguro, yo sabía que me iban a aplaudir haciendo las cosas de Supi, pero no me hubiera sentido honesta porque de esta manera soy yo, me siento yo y es realmente lo que quiero decir.

TS- ¿Cómo ves el arte contemporáneo?

NG- Son generaciones diferentes con actitudes y esperanzas diferentes y eso se refleja en todo, todo movimiento artístico tiene, hoy existe mucha influencia del avance tecnológico, ese avance tecnológico es un arma que tiene también el artista para desenvolverse y para expresarse, lo que si pienso, igual que en la cinematografía, la parte técnica muchas veces supera el concepto. El ser humano se maravilla con aquello que es visual, pero de menos contenido, y tal vez aquello otro que con pocos elementos puede decirlo mucho más. Comunica mucho más desde la simpleza.

TS- ¿Cómo definirías tu obra?

NG- Yo soy figurativa, porque amo, a mi me interesa todo lo que sea arte, tanto en música como en lo que sea visual o escrito, pero me inclino por mi naturaleza, amo los seres humanos y amo vida, así que amo también, la naturaleza, los pájaros y demás, hay veces que me dedico a una parte de eso y otras veces que no. Pero siempre estoy unida a la vida.

TS- ¿Esperás inspirarte para trabajar?

NG- No, en general, yo no hablo de este momento porque estoy en un impass, no de crisis, sino de horas de trabajo. En general yo hacía un trabajo continuo, todos los días, casi todos los días, creo que la inspiración viene trabajando, a veces nos sentamos y tenemos un lienzo en blanco, y hasta nos asusta, pero luego que empezamos a cubrir y a trabajar en forma abstracta. Me interesa que esté bien compuesto, empleo todo lo que fui aprendiendo a través de la lectura y de mis maestros, toda la parte teórica, comencé como muy figurativa y a través del tiempo he dejado un poco la figuración exacta de las cosas para ocuparme por la parte expresiva de las cosas.

TS- ¿Pudiste transmitir generacionalmente a alguien de tu familia esta pasión por el arte?

NG- Si, justamente, yo tengo tres nietas y ellas, dado el trabajo de sus padres, quedaban acá. Yo tengo fotos de las chicas que además de hacerlas divertir, se ponían a trabajar, a dibujar y a pintar. Bueno, a todas les gusta, saben, van a museos, saben qué corriente de arte es, que era lo que a mí me interesaba, crearles esa necesidad y esa valoración de lo que veían y justamente, la que estudia medicina, que ya está en quinto, sigue dibujando y pintando, las otras dos en abogacía ya no tanto, pero la mayor se apasiona por el arte. Yo no presiono, (se sonríe) pero pienso que en una de esas, cuando le deje tiempo la medicina, se de tiempo, también para esa parte, así que mi semillita la puse, ahora si prendió vamos a ver.

TS- ¿Tenés pensado realizar alguna exposición a corto plazo?

NG- Isabel Molina me ofreció desde hace rato que vuelva a hacer una retrospectiva de toda la obra en el Museo. Pero me sucedieron cosas, primero explotó una cocina, me rompí un brazo, ahí caí en la escalera, eso me llevó un año, porque hubo que operar. La muerte de mi esposo, son todas cosas serias, y se necesita tiempo y estar dispuesto físicamente para hacerlo. Entonces, he ido dejando de lado, siendo personalmente, trabajando algunas cosas, ayudando, estando en el arte pero bueno, si vamos a ver el tiempo que uno tenga de vida y que pueda hacer más cosas, trabajar más.

TS- ¿Te sentís una artista reconocida, por la comunidad?

NG- Si, sobretodo por la gente de mi generación, los que me vieron a mí en la plenitud, porque las nuevas generaciones, los jóvenes de veinte años ignoran, yo no se si estudiarán los maestros como estudiábamos nosotros, cada uno trabaja para sí y con nuevas modalidades. A lo mejor algunos nombres, sobre todo extranjeros, o los picos de los maestros de Buenos Aires.

TS- Sentís que te falta pintar algo, hay algo que desees pintar que todavía no hayas hecho. Alguna deuda pendiente?

NG- Bueno, el arte es como una segunda piel, uno nunca se despega de eso. Yo tengo una materia pendiente en los últimos años porque el artista está influido, no solamente por sus deseos, por su familia, sino por lo que le acontece. Si a vos te acontecen varias cosas, pérdidas y demás y vas cambiando tu vida, cambia todo. Tenés que volver a reformularte qué es lo que vas a hacer con eso. Entonces, eso es lo que me ha pasado a mí, que trato de ver, esta casa para mí sola es muy grande, tengo estar en la empresa, porque también hago cosas que yo antes no hacía. Y hay una familia, gente amiga que contemplar, entonces, me está robando tiempo, tengo que volver a acomodar todo lo que me rodea para volver a enfocar, sigo trabajando, pero me gustaría trabajar más tiempo.