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Jóvenes necesarios. Todos lo son, pero estos abren caminos.
TS —25 seleccionados, entre 400 postulantes del mundo, por la Internet Society en la Universidad de California, Los Ángeles año 2017… fue tan poco difundido o quizás tan poco valorado. No creo que a vos te preocupe esto. Tus reacciones fueron «muy despojadas». En cuanto a tan importante galardón, dijiste «me pareció increíble» y, también, según tus propias palabras, consideraste que postularte te había parecido en vano. ¿A qué responde esa actitud? ¿A una excesiva timidez o humildad, quizás… a no darte demasiado cuenta de que lo que hacés es tan valioso?
AM —Como vos lo decís, «tan importante galardón» y»25 seleccionados» del mundo, uno como que se «achica» y piensa que es algo inalcanzable cuando ve estas convocatorias. Mucho más,cuando se viene de «coleccionar” NO, como era mi caso en ese momento. Luego, esa racha se fue rompiendo un poco cuando empecé a trabajar en Virtuágora, el proyecto empezaba a crecer y conseguí algunos «Sí» pero, a la vez, mi tiempo disponible se iba reduciendo y uno tiene que empezar a priorizar a qué postularse.
La convocatoria de 25 under 25 era un claro NO que iba a recibir,en caso de postularme, y un NO costoso, por el tiempo que me iba a llevar hacerlo. Repito, 25 seleccionados en todo el mundo, cuando me rechazaron en convocatorias mucho más amplias o reducidas solo al continente o al país.
TS —Me emociona tu relato y, sinceramente, me produce una admiración profunda, pero no tenemos el espacio del mundo, así que debo continuar… «Jóvenes elegidos, que utilizan Internet para marcar la diferencia en sus comunidades o usan Internet para dar forma al mañana en sus comunidades», como lo manifestaron los mismos convocantes, específicamente Toral Cowieson…. ¿Podés explicar un poco más estos conceptos?
AM — Podés tener una enfermedad y generar una red de contención mundial, generar emprendimientos para familias en zonas relegadas y vulnerables;estar cansado de la cantidad de noticias falsas que circulan y crear un emprendimiento que se encarga de combatirlas; generar material que trate una problemática como bullying; empoderar distintos colectivos; todo eso y mucho más. Ideas nacidas de jóvenes que tenían una convicción y contaron con internet para poder hacerlas realidad. Malala tiene esa frase famosa, «Un niño, un maestro, un libro y un lápiz pueden cambiar el mundo». Solo imaginate el potencial que tienen estos niños y niñas hijos de Internet que, además, pueden conectarse entre sí, sin importar en qué parte del mundo estén sino de acuerdo a sus sueños e ideales.
TS —Supongo que no te podés explayar más al respecto pero, por lo menos, ¿cómo se usa? ¿Cómo se accede…? Te pediría un gran esfuerzo de claridad, para que cualquier neófito pueda comprender y usar un servicio de la magnitud que imagino.
AM —Virtuágora no es directamente una web o una APP, que la gente puede acceder y empezar a participar. Es como un kit para que, especialistas o quienes quieran, puedan generar estos espacios y montar su propio sitio web, que les permita generar un espacio de discusión constructiva.
Por cierto, el proyecto más que gestionado por la Subsecretaría de Innovación Pública fue potenciado por la misma. Virtuágora nació en la UTN como proyecto final de carrera de dos alumnos: Guillermo Croppi y yo. En paralelo a eso, se estaba gestando Santalab, un laboratorio de innovación ciudadana creado por el gobierno de Santa Fe. Estos laboratorios son espacios de experimentación,que funcionan como un nexo entre estados, ciudadanos y organizaciones, para solucionar problemas de forma innovadora y colaborativa. A ver, intento explicarlo con palabras más elocuentes: Santalab actuó como una puerta para que ciudadanos como Guille y yo podamos entrar a ese monstruo que es el gobierno y podamos trabajar en conjunto con equipos como el de educación, para generar una herramienta digital que le permita a las personas participar y expresarse.Nosotros colaboramos, pero somos una iniciativa ciudadana.
TS —Celebro la frescura de tu juventud y el optimismo que te va a llevar lejos, pero a mí permitime dudar. Continuemos, creo que Mc Luhan decía no solo que el mensaje es el medio sino que la tecnología es el hombre… De hecho, todo lo que está “tocado” en la naturaleza es obra del hombre para bien y para mal (por simplificar), ¿vos crees que la tecnología lo va a terminar desplazando a su creador?, si no lo esta haciendo ya, pero, quizás sea más propio referirse aquí al área de la cibernética o de la robótica mejor, aunque son todas primas hermanas, ¿no?
AM —Todas primas hermanas, sí, o por lo menos, parte de una familia ensamblada bien numerosa. Es curioso cómo me planteás la pregunta,porque abrís esta puerta de ponerse a pensar en qué es realmente el humano y qué es la tecnología. Ya se habla de un «homo evolutio», que altera su evolución de forma deliberada gracias a la manipulación genética y elbio-hacking.
Entonces, si somos parte de las últimas generaciones de homo sapiens ¿el próximo eslabón es humano o es tecnología? Creo que es bastante complicado dar una respuesta certera. Incluso nosotros mismos fuimos de alguna forma mutados por la tecnología, tal vez, no de una forma tan evidente y de ciencia ficción,pero sí ha cambiado nuestra forma de vivir y pensar. Creo que la clave está en buscar lo que nos hace humanos y potenciarlo, intentar no perderlo a medida que la tecnología avanza. Se habla mucho de que a medida que las cosas se van haciendo más inteligentes, «smart», las personas se van volviendo más tontas. Pero no es solo eso, sino que además vamos perdiendo esa»humanidad», hoy un algoritmo nos dice hasta lo que nos gusta y lo que no, cuál noticia nos interesaría leer y cual no. ¿El algoritmo se moldea a partir de nosotros o nosotros también nos moldeamos a partir del algoritmo?
TS —Voy a disentir, sobre todo porque me sorprende que un joven diferente, forjado a NO, piense que son muchas las exigencias. Dejémoslo así. Tengo una enorme curiosidad respecto de una sentenciosa expresión tuya que, sin embargo, comparto de cabo a rabo, pero teniendo en cuenta que sos un verdadero cultor de las redes no deja de extrañarme: “ La vida es demasiado corta como para escribir mini autobiografías en twitter».
AM —Es curioso, porque ya va a hacer 10 años de cuando escribíeso, cuando estaba en el secundario, allá en Pinamar y empecé a usar twitter. Te voy a ser sincero, un poco fue porque no habré tenido mucho para contar sobre mí en ese momento. Era un simple estudiante de la escuela y seguro no habré tenido muchas ganas de pensar algo creativo estilo: «santafesino que cambió el río por el mar pinamarense. Estudiante de la EET de Pinamar, escribo en mi blog».
Y se me ocurrió poner algo así, como una forma de protesta frente a esa presión social de estar siempre definiéndote, etiquetándote. Soy esto o soy lo otro,vivo acá o allá, trabajo de esto y mis méritos son aquellos. No siento que eso describa realmente a una persona.
Hoy sigo pensando bastante parecido, por eso la conservo, y también es una forma de recordarme cómo empecé siendo un estudiante de la técnica de Pinamar, sin méritos y sin ganas de vender algo que no soy. Aunque curiosamente, hace unos días, me comentaron que esa descripción me hace ver «poser» y arrogante. ¡Qué paradoja! ¡Ojo! Ahora tengo mi «mini-bio» armada y guardada, porque es lo primero que te piden al participar de algún evento o entrevista. A veces, uno tiene que ceder.
TS —Nada de “poser”, esa frase encierra una verdad existencial. Ahora, caracterizate de mago o futurólogo, ¿cómo lo ves al ser humano que viene lidiando con la inteligencia artificial o viviendo como autómata en ciudades inteligentes?
AM —Soy un fanático de los relatos que describen escenarios distópicos a causa del mal uso de la tecnología. Por eso, no puedo evitar tener una visión algo pesimista del futuro en ese sentido. Como ya te comenté antes, me preocupa que cada vez seamos más controlados por esas «inteligencias artificiales»: ya nos dicen por qué calles manejar, qué lugares nos van a gustar más, qué noticias tenemos que leer, quién nos puede interesar conocer y la lista podría seguir y seguir.
Cuando una máquina nos devuelve un resultado, tendemos a pensarlo como libre de toda subjetividad, que es matemática pura y que no tiene sesgos,pero eso es una ilusión. Siempre hay alguien detrás, por eso nunca hay que perder ese espíritu crítico como sociedad, y siempre poner en duda hasta lo que te diga una máquina.
Para no pintar todo de gris, también quiero decir que espero que todos estos avances en el campo de la inteligencia artificial, la automatización y el análisis de grandes cantidades de datos, termine mejorando nuestra calidad de vida: ahorrándonos tiempo, haciendo que tengamos que trabajar menos horas, reduciendo el costo de vida y, por lo tanto, reduciendo la pobreza. Son algunos indicadores de los que tenemos que estar pendientes para ver si todo esto realmente es «desarrollo» o solo va a terminar generando más desigualdad.
TS —Ajeno a tu actividad, todo esto que acabás de decir debería convertirse en “La Misión Docente” de tu parte, porque estamos en peligro… Mary Shelley está tocando nuestra puerta. Decirte muchas gracias es una formalidad. No te avergüences si te digo que necesitamos millones de pibes como vos para que el mundo tenga un horizonte.
Texto: Carmen Úbeda
Fotos: Pablo Aguirre
Nombre de sección: Jóvenes que conmueven
Edición: Nº 66